Una experiencia visual y sonora que acompaña una historia fantástica que tiene su origen en las leyendas mayas.
Por: Jonathan Eslui
Dirige: Yulene Olaizola
Elenco: Indira Rubie Andrewin, Gilberto Barraza, Mariano Tun Xool, Gabino Rodríguez, Eligio Meléndez, Dale Carley
País: México
Año: 2020
Duración: 96 minutos
Inspirándose en la leyenda maya de la Xtabay, sobre un espíritu femenino que embruja a los hombres para tomar sus vidas, la directora mexicana Yulene Olaizola nos trae su quinto largometraje, Selva Trágica, con una intrigante historia que combina el western con elementos propios del thriller y un toque de drama.
Situada en los años 20, la película sigue a una joven beliceña que busca librarse de un matrimonio arreglado, en un intento desesperado por huir a través de la frontera entre México y Belice, en la profundidad de la majestuosa e intimidante selva maya, un lugar sin ley en el que las antiguas leyendas prevalecen y cobran vida. La protagonista se encuentra con un grupo de chicleros mexicanos, quienes de inmediato comienzan a desconfiar en ella por no saber su procedencia, al mismo tiempo que su belleza los cautiva, haciéndolos perder el control ante un deseo irracional.
La Xtabay es más que una leyenda, es real y su espíritu habita en los rincones más profundos de la selva, quienes se encuentran de cerca con ella no pueden resistirse a su encanto y terminan mal; esto lo vemos en Selva Trágica, que funciona como una alegoría acerca de lo que sucede cuando la pureza e inocencia sucumben ante la maldad del mundo, además de mostrar las consecuencias de faltarle al respeto a la naturaleza.
Sobresale la fotografía de Sofia Oggioni, quien nos otorga una imagen nítida y preciosa de una jungla que parece estar respirando. También destaca el trabajo en la mezcla de sonido, cortesía de Jaime Baksht y Michelle Couttolenc (recientes ganadores del Oscar), con el cual logramos escuchar claramente cada paso a través del suelo selvático y cada hoja o rama que se mueven. De igual forma, vale la pena hacer mención del score compuesto por el experimentado músico Alejandro Otaola, que acompaña cada escena logrando construir un bello paisaje sonoro que crea una perfecta atmósfera de ansiedad, desconcierto y duda.
Cada elemento de esta película es controlado desde la precisa dirección de Yulene Olaizola, quien escribió el guión junto a su compañero Rubén Imaz después de un viaje introspectivo a través de la selva maya, lugar que conectó con ella para inspirarla a dirigir su película más ambiciosa hasta ahora.
Esta cinta es el resultado de un trabajo colectivo arduo en el que cada pieza encaja de manera exacta, al verla es fácil notar el cuidado que se tuvo en cada detalle y como cinéfilo esto se agradece, pues al final, gracias a ese esfuerzo y a esa dedicación, podemos ver un título realmente sobresaliente y que resulta indispensable disfrutar, sobre todo en la pantalla grande.
Selva Trágica es sin duda una de las mejores películas mexicanas que se han hecho en años recientes, además de una experiencia visual y sonora que debe ser vista en salas de cine. Después de verla, uno se queda con ganas de ver el que sea el siguiente proyecto de su directora.