- En esta ocasión la imagen del GIFF hace homenaje a la película de culto “Vértigo” del maestro Alfred Hitchcock.
- Este año, el tema del festival explora el cine como refugio, espejo y catarsis frente a la ansiedad colectiva y la incertidumbre global.
- La vigesimoctava edición del Festival se realizará del 25 de julio al 3 de agosto.
Este año, el Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF), a través de su tema e imagen, El Vértigo, rinde homenaje no solo a la estética y al suspenso del maestro Alfred Hitchcock, sino también a la emoción primigenia que palpita en nuestros corazones en esta etapa tan incierta de la historia humana, haciéndonos sentir precisamente un vértigo que no es sólo individual, sino social y global, y que nos representa a todos en la vulnerabilidad.
La imagen de Vértigo para el GIFF 28 fue diseñada por Analí Jaramillo (Directora de Imagen y Promoción del Festival) y Reto Estudio, agencia de comunicación visual ubicada en San Miguel de Allende. “Surgió a partir de pláticas sobre este sentimiento que va creciendo en los tiempos actuales de no saber qué es real entre las noticias en internet; esa sensación de incertidumbre, la ansiedad de estos tiempos polarizados, la sensación de ir cayendo y no saber qué nos depara el futuro me inspiraron para pensar en el tema de Vértigo. Platicamos de explorar los temas del cine noir y me gusta mucho cómo Hitchcock hace la metáfora de la espiral en ‘Vértigo’ y cómo lo vemos todo el tiempo en esta película, me gusta mucho el ambiente surreal y el hecho de que se le aparecen espirales por todos lados al protagonista, a mí esa metáfora me gusta”, revela la diseñadora.
La analogía con la película de culto “Vértigo”, del Maestro del Suspenso, no es casual, ya que al igual que en la cinta de 1958, actualmente la mirada se disloca y la realidad se torna engañosa. Sin embargo, el cine nos ofrece un espacio para contemplar, sentir y reflexionar sobre nuestros miedos y esperanzas compartidas, porque es a través de la lente que se vislumbran tanto los abismos como los futuros posibles.
En el umbral de una época marcada por la incertidumbre, evocamos la imagen icónica de “Vértigo” para proyectar la ansiedad colectiva que nos sacude hoy, mientras vivimos con la sensación de estar en caída libre, aferrados a un borde invisible que de un momento a otro podría desaparecer bajo nuestros pies, como si en una fracción de segundo el mundo se balanceara al borde del vacío donde nuevas estructuras de poder emergen, las economías se tambalean, el pensamiento se transforma y el espíritu humano busca un ancla ante la tempestad.
Inmersos en redes sociales, nos dejamos seducir por espejismos virtuales que en lugar de forjar una verdadera colectividad nos recluyen en cuatro paredes y nos precipitan al abismo de la ansiedad. Esta aparente conexión digital, lejos de brindarnos el calor de la comunidad, fragmenta nuestras identidades y nos empuja a adoptar múltiples personalidades para encajar en los distintos escenarios virtuales. En contraste, la experiencia cinematográfica se ofrece como un espacio de encuentro donde volvemos a nuestras emociones y a nuestra humanidad compartida.
“En cuanto a la representación gráfica en la que aterrizamos,hay dos grandes artistas que sirvieron como inspiración, primero me gusta mucho la colaboración que hizo Hitchcock para los pósters de ‘Vértigo’ con Saul Bass, quien es como el abuelo del diseño gráfico y un referente, su gráfica era totalmente minimalista. Por otro lado, las ilusiones ópticas del artista Japonés Shigeo Fukuda me inspiraron para hacer algo así con el póster de este año del GIFF, con siluetas que no tienen principio ni fin y colores básicos (blanco, negro, rojo y azul) que para mí representan las polaridades, la luz, la sombra y la situación política estando atrapado en medio; todo en esta imagen habla un poco de esa tensión y ansiedad como un thriller de la vida real que estamos viviendo”, comparte Analí Jaramillo.
GIFF les da la bienvenida a su Vértigo compartido, a la pasión y a la incertidumbre que definen nuestra actualidad. Hagamos de esta experiencia un encuentro con lo humano, con esa ansia que nos empuja a cuestionar verdades establecidas, romper paradigmas e imaginar caminos distintos, donde la pantalla se convierte en un espejo que refleja lo ineludible y al mismo tiempo es un faro que revela nuestra condición.
Que cada una de las proyecciones de este año en las sedes de la edición 28 sea un recordatorio de que, aunque nos sintamos suspendidos en el abismo, siempre podemos reconocer en nosotros mismos el pulso humano mientras haya más cine, por favor.