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Barro Suave
Selección Oficial Largometraje Internacional
Dir. Renars Vimba
GTO | Miércoles 27 | 16:00 hrs | Teatro Juárez
La Escala Richter dice: Ser menor de edad es frustrante, ya que toda tu vida depende de las decisiones que toman otras personas. Si tus papás te abandonan, alguien tiene que cuidar de ti porque la ley dice que no lo puedes hacer solo. Raya (Elina Vaska) va a cumplir 18 en otoño, pero todo le está sucediendo ahora y necesita encontrar una manera en la que pueda tomar control de su situación y la de su hermano Robis (Andzejs Lilientals). Cuando muere su abuela Olga (Ruta Birgere), Raya decide no avisarle a Servicios Sociales y encargarse de su hermano y toda su vida en lo que gana un viaje a Londres para buscar a su mamá, pero cuidar de un niño entrando a la adolescencia resulta ser más difícil de lo que Raya pensaba, y más cuando la distrae el primer amor con su maestro de inglés (Edgars Samitis).
Aun con tantos elementos melodramáticos, esta cinta letoniana es muy sutil en la manera que presenta su historia, con actuaciones basadas en silencios y expresiones, una fotografía que drena el color y una dirección que crea impacto al saltarse escenas fuertes, confiando que la sugerencia de estos sucesos es más fuerte que verlos transcurrir (un estilo que es muy común en el lado oriental de Europa). Este método de contar una historia le da mucho peso a las actuaciones, en particular a la de Elina Vaska, una joven que dice mucho con solo mirar a alguien. Ella carga con la historia y hay momentos en los que esa carga es pesada, pero esta joven logra sostenerla a través de una personaje que no siempre toma las mejores decisiones y en muchos momentos peca de un egoísmo que perjudica a otras personas (particularmente su hermano), pero aún con esa distancia que el personaje mantiene ante el público, Raya resulta muy entrañable justo porque no insiste que la tenemos que querer.
Letonia no es un país que vemos retratado en el cine muy seguido (ya que muy pocas películas del país llegan a nuestros rumbos) y por eso es interesante para nosotros ver esta parte del mundo. El guion es muy redondo, con un arco de personaje claro y un desenlace que se enfoca en el crecimiento de nuestros personajes sin necesariamente resolver todos sus problemas. Con lo que uno se queda en una película como esta es esa sensación de que no importa la edad, todos estamos averiguando qué hacer con nuestras vidas. Puede que algunos tengan responsabilidades que van más allá del resto de las personas y que otros prefieran abandonar sus responsabilidades por egoísmo o por miedo, pero sin importar la edad que tengamos o la situación en la que estamos, todos lo estamos averiguando e improvisando nuestro papel en la vida. Los invitamos a ver como Raya va averiguando su paso por esta situación.
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United States of Love
Selección Oficial Largometraje Internacional
Dir. Tomasz Wasilewski
GTO | Miércoles 27 | 20:00 hrs | Auditorio de la Universidad de Guanajuato
La Escala Richter dice: Una mujer hará lo que sea por el amor. Eso es lo que dicen y si eso no aplica para todas las mujeres que existen en el mundo, por lo menos aplica para las cuatro mujeres que protagonizan esta cinta polaca. En el año 1990 cuando el Muro de Berlín ya se derrumbó y el primer año de libertad ante la Unión Soviética, Agata (Julia Kijowska), Iza (Magdalena Cielecka), Marzena (Marta Nieradkiewicz) y Renata (Dorota Kolak), cuatro mujeres de diferentes edades y conectadas de alguna manera, vive cada una su historia de amor. Agata está atrapada en un matrimonio en el que el amor desapareció hace tiempo y trata de recuperarlo. Iza lleva años teniendo un amorío con un hombre casado y ahora que la esposa de éste ha muerto, quiere un compromiso más serio de él. Marzena (que resulta ser la hermana de Iza) espera que su esposo regrese de Alemania, mientras que Renata, que es vecina de Marzena, se obsesiona con ella (evidentemente porque le atrae).
El cine polaco siempre crea una distancia entre el espectador y la historia, mostrando a los personajes no como personas con quienes tenemos el derecho a involucrarnos, sino personas con vidas propias a las que nosotros estamos observando por el tiempo que alguna fuerza nos permite (aunque lo que nos permite ver es muy íntimo). Aunque está filmada a color, la fotografía de Oleg Mutu (que trabajó en la cinta 4 meses, 3 semanas, 2 días) usa luz natural para que las locaciones se sientan grises y deprimentes, resaltando la inseguridad de este nuevo mundo post-comunismo en el que se encuentran nuestros personajes. Como es costumbre hay poco diálogo y muchos silencios para que el elenco exprese lo que tenga que expresar sin discursos (en ocasiones con gestos inusuales), permitiendo que el público sepa algo de estos personajes, pero no lo suficiente como para conectarse por completo con ellas y todavía poder juzgar lo que hacen de manera objetiva.
Cualquier conexión que alguien logra con los personajes es gracias a estas actrices. Renata es probablemente la más entrañable, ya que su historia expone la expresión más pura de perseguir algo que nunca va a lograr (y es la protagonista de los momentos más memorables de la película). Iza es probablemente la más activa en esta historia y mucho de lo que hace es deplorable, pero gracias a la profundidad que le da el guion y la actriz, entendemos de dónde viene sus acciones y aunque nos hagan cuestionar si queremos que obtenga lo que quiere, nos interesan las consecuencias de lo que hace. La estructura de la película divide todas las historias, lo que significa que seguimos a una de estas mujeres hasta que su historia llega a un clímax (o a un punto que parezca un clímax) y vamos a la siguiente historia (viendo a las protagonistas de las historias anteriores en el background), pero todo se conecta a través de lo que estén haciendo estas mujeres, al final del día es por amor.
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