El día de hoy, en punto de las 12:30 horas, en el Mesón de San Antonio, se llevó a cabo una conferencia con los tres cineastas involucrados en el proyecto vanguardista Ópera Orbis, en el cual se desarrollaron los primeros cortometrajes mexicanos producidos en Realidad Virtual. Roberto Fiesco, Carlos Hagerman y Juan Carlos Rulfo, directores de Péplum, El Beso y La Roca, respectivamente, nos contaron cómo vivieron la transición de filmar de forma tradicional a realizar un cortometraje de realidad virtual, exponiendo cuáles fueron los retos más grandes que enfrentaron y compartiendo el aprendizaje adquirido.
En una primera fase de la entrevista, los realizadores hablaron de sus inicios en el cine y de cómo con el tiempo este arte se convirtió en su vida. Desde Juan Carlos Rulfo, que comenzó en el cine sin conocer muchos de los aspectos técnicos del mismo, hasta Roberto Fiesco quien inició como productor y fue siempre un apasionado de la historia del cine y un obsesivo de los detalles, los tres hicieron hincapié en la importancia que tuvo la figura paterna, así como el asombro del infante que se deja atrapar por la fantasía de las películas. Recordaron también que comenzaron a filmar en una época en la que había mucho menor producción de cine mexicano.
Después hablaron del proceso de trabajar en un formato que desconocían por completo. El punto central de la discusión se centró en la ruptura con el esquema del encuadre que recorta y sesga la mirada del espectador en virtud de la idea del director. La cuestión del marco que desaparece al filmar en 360º derivó en una conversación sobre los cambios en los procesos cinematográficos, pues los planos, ángulos y posicionamientos de cámara no tienen el mismo peso ya que, aunque el director plantee puntos de interés, el espectador tiene libre albedrío de elegir su propio encuadre, convirtiéndose él mismo en una especie de director de fotografía. Los tres coincidieron en que se sumaron al proyecto como un método de aprendizaje, pues no entendían en lo más mínimo la Realidad Virtual y sintieron que el desafío podría ser estimulante.
Por último hubo una ronda de preguntas y respuestas que demostró el enorme interés, y la gran cantidad de dudas que los cortometrajes generaron en los espectadores, quienes felicitaron a los directores, interrogándolos sobre cuestiones técnicas como el trabajo de edición y grabación de audio. En este último tramo de la conferencia, tanto público y prensa, como los realizadores, coincidieron en lo interesante de la imagen esférica que multiplica la cantidad de estímulos existentes, llevando a vivir la experiencia inmersiva de estar presente en el lugar, ser cómplice del acontecimiento y prestar atención a cada detalle del entorno.
La conferencia finalizó con las palabras de Sarah Hoch, quien agradeció a los cineastas por formar parte de Ópera Orbis, invitando a más realizadores a sumarse a un proyecto que, aunque apenas comienza, promete presentarse pronto en distintos festivales cinematográficos del mundo, así como ser parte aguas de una forma de realizar cine que se augura será más frecuente en la industria.