Batman es el superhéroe por excelencia de la cultura popular, y con ello también ha tenido un paso bastante curioso dentro de la industria cinematográfica y especialmente, en las formas y modalidades de componer música para el séptimo arte.
La próxima semana por fin se estrena Batman de Matt Reeves, y a decir verdad pinta bastante bien: parece ser una película dentro del género thriller de 3 horas, Robert Pattinson quiere ser un Batman arraigado en su actuación y no tanto en la labor física recuperando -según él- una modalidad de actuación perdida desde los años setentas, ahora tiene un Batimóvil que es un auto músculo sacado de las fantasías de Toretto y El acertijo abandona el colorido y estrafalario traje verde ícono de su personaje, para ahora estar inspirado en el asesino del Zodiaco lo cual es bastante escalofriante.
Emocionarse por ver a Batman en la pantalla grande no es algo novedoso, pero una de las cosas que siempre me dejan con ansias de poder descubir, es poder escuchar el trabajo musical compuesto para el personaje, y es que Batman posee algo bastante raro respecto a personajes individuales que promueven una franquicia ya que ha contado con un gran número de compositores quienes han llegado a formular un sonido para este sus aventuras, en una odisea sonora sólo compartida por James Bond e Ethan Hunt.
Por el momento Michael Giacchino ha revelado 3 temas para su película, y la verdad es que son estupendos: los tres van sobre los personajes principales –Batman, Gatúbela y El acertijo– y son tan variados que resulta algo bastante innovador para una época posterior a las composiciones tan genéricas del cine norteamericano.
Batman es presentado con un tono western omnipresente, Gatúbela posee un rasgo de jazz melancólico, y El acertijo al igual que su atavío parece sacado de un filme de horror.
Así que, me parece un momento apropiado para repasar la evolución del personaje dentro del campo del score, y sirve que tienes un material sonoro listo para reventarte los tímpanos a veces con verdaderas obras imponentes dentro del campo de la música de cine.
1.- Batman: La película (Leslie H. Martinson, 1966) de Nelson Riddle.
Repugnada por generaciones de los noventas en reflejo a la versión de Tim Burton al considerarla una versión “no fiel” al espíritu de las historietas (irónicamente se trata de las versiones más fieles en cuanto al cómic se refieren), el paso de Batman por la televisión fue de apenas unos tres años, pero representó un punto dentro de la cultura popular enigmático y exitoso catapultando al personaje a la fama universal, que sólo pudo pasar en el devenir juvenil de la década de los sesentas… o como diría el propio Adam West “Los sesentas fueron de las tres B: Beatles, Bond, y Batman”.
Con el éxito de la serie de televisión rápidamente se contempló una adaptación a la pantalla grande, y en ella repetirían casi todos los habituales de la pantalla chica, incluyendo en el área musical a Nelson Riddle, quien no es precisamente el autor del tema que todo el mundo conoce –ese crédito es para Neal Hefti– pero es el corazón de Batman y su universo de pastelazo. Batman: la película recupera precisamente los temas de los villanos como carta principal temática –siendo la secuencia de créditos la que los representa- además de variaciones del habitual tema del personaje que sabiamente decide no explotar constantemente, e incluso alternaciones del género entre asiáticas y romantizaciones lounge, estas últimas haciendo énfasis en la historia de amor entre Bruce Wayne y Kitka. Es la perfección de Nelson Riddle como artesano del jazz
y el easy listening que perfectamente definen a este trabajo, que devoran tus oídos sin mucha complicación.
Cabe resaltar que Riddle es el creador de algo inusual dentro de la música en cualquier medio, ya que sus melodías se transfieren dentro del mundo de Batman al representar onomatopeyas, básicamente volviéndose sonido presente visual y físicamente.
Tracks destacados: Aknowledgement/Main Title, Batmobile to the Airport, A Good Job, Torpedoes, Kitka, Attack! / Take it in Tow.
2.- Batman (Tim Burton, 1989) de Danny Elfman.
El que Batman llegase a la pantalla grande en 1989, es un camino por demás complicado de producciones que quedaron en cancelación porque prácticamente no sabían por dónde empezar. Gran parte de estos proyectos que a menudo se leen como cancelados –incluyendo uno con Bill Murray protagonizando el filme como el caballero oscuro
dependían demasiado de la identidad televisiva, no precisamente del mundo del cómic que para los ochentas ya presentaba una alteración poco familiar dentro de las historias del personaje.
Esto aunque no lo crean, también tuvo su problemática en la música.
Originalmente Warner Bros buscaba que Batman tuviese una entera musicalización pop al considerar que de tal forma, podrían inyectar un producto necesario para los fanáticos en el llamado verano de Batman, por lo que apoyados en obligaciones contractuales con Prince, buscaban que la música de este fuese la entera identidad del filme, algo que no era precisamente del agrado de Tim Burton. Burton ya llevaba dos películas al hombro, y con ello también era apoyado en el área musical por Danny Elfman, quien a partir de Batman reforzó completamente la dinámica con este como el compositor de cabecera y con el que inmediatamente lo asociamos.
Y Danny Elfman en medio de las presiones bien pudo hacer algo enteramente olvidadizo, cosa que no hizo, todo lo contrario: estableció un sonido para el personaje que 31 años después, es imposible de asociar o de sentir una influencia directa.
Elfman toma al personaje de una forma seria y enfatizando la grandilocuencia de este a través de trompetas y trombones entre las ocasionales campanas y violines en crescendo que lo presentan como un ser en extremo misterioso y capaz de salvar a Ciudad Gótica a través de sus artilugios que forman una maravilla atmósferica, ya que este superhéroe que vive entre las sombras y cuyo tema expresa este origen digno de horror pero mostrado de forma optimista e imponente, contrastan en demasía con los temas del Guasón y sus secuaces, temas de una variación de carnaval y fanfarronería representados de una forma burlona pero de un origen oscuro amenazador oculto.
Es un trabajo que puede estar inspirado estructuralmente en lo que John Williams hizo con Superman casi una década atrás, pero también es que Elfman no oculta su pasión y fuerte inspiración a Bernard Herrmann quizás más revelador en el tema de amor de una finalidad trágica, denostando la inconexión de Bruce Wayne y Vicky Vale
Batman es un potente trabajo que se encuentra entre los mejores dentro del género de superhéroes, y dentro de la historia del cine, un parte aguas que a la fecha ha inspirado a nuevos compositores que lo reverencian como el punto de partida ideal para los aficionados a los scores musicales e interminable material de origen de tesis y análisis musicales… lo cual hace su entera omisión en las ceremonias de premios un completo crimen de daño incalculable a la consideración de estos en general ¿En serio me van a decir que La sirenita de Alan Menken es un mejor trabajo que la monstruosidad que hizo Danny Elfman?
Tracks destacados: The Batman Theme, First Confrontation, Kitchen / Surgery / Face Off, Batman to the Rescue, Descent Into Mystery, Attack of the Batwing, Up the Cathedral, Waltz to the Death, The Final Confrontation, Finale.
3.- Batman Regresa (Tim Burton, 1992) de Danny Elfman.
Acercarse a Batman regresa esperando las mismas formalidades que la primera entrega, fue un error que las audiencias hicieron de manera inintencionada… después de todo es lo que uno esperaría dentro de una secuela dentro de la estandarización norteamericana –y posterior consolidación- del género de superhéroes, y es que este choque de concepciones trajeron confusión, cuando de pronto una película que se vendía como veraniega era una reflexión de tres seres bajo las mismas condiciones trágicas inmersos en un trío para desestabilizar a los demás repleto de insinuaciones sexuales, imágenes grotescas y violencia.
En pocas palabras: la película más valiente de Batman hasta la fecha.
Danny Elfman es también responsable del score de Batman regresa y aquí su prioridad es la de enfatizar ese drama que con su música termina formando un nivel operístico, que incluso llega a ser superior al de la anterior película. Los temas referentes a Batman se sienten apagados, careciendo del dinamismo de la primera entrega en un modo pesimista, pero es que estos terminan siendo secundarios frente a los dos nuevos enemigos: El pingüino con sus elementos infantilizados como un coro de niños y una caja musical –de nuevo vendiendo la apariencia de lo que no es en realidad- y Gatúbela, con unos violines chirriones estridentes sacados de un colapso mental horrorizante, que luego pasa a ser sugerente de la curvatura y agilidad del personaje erotizando al tipo que se viste como murciélago.
Tracks destacados: Birth of a Penguin (Part1/Part2), Selina Transforms (Part 2), The Cemetery, Batman vs The Circus, The Finale (Part 1), End Credits.
4.- Batman: La máscara del fantasma (Eric Radomsky y Bruce Timm, 1993) de Shirley Walker.
Tras las versiones de Batman en la pantalla grande, el personaje también estaría recibiendo atención para la caja idiota, y a través de una de las representaciones más icónicas y perfectas de este con Batman: la serie animada.
Este fue un trabajo en conglomeración de grandes ideas que tuvieron la fortuna de juntarse para cuando la oleada de Batman se encontraba en lo más alto: desde Bruce Timm en la animación que rescataba el estilo pin up y deco de la época bélica de Estados Unidos, Paul Dini en estas maravillas de guiones en donde no solamente entendía a Batman y a su galería de aliados y enemigos, sino con una gran extensión pasional hacia el universo de DC, y Shirley Walker… de quien no se habla demasiado.
El público podrá recordar que la serie animada inicia con el tema de Danny Elfman, y esto era porque Elfman cree –o por lo menos hasta el momento eso parece- en la consagración temática de los personajes dentro del campo sonoro y sus leit motiv. Es decir que al igual que el tema de Monty Norman y John Barry quienes idearon el tema de James Bond que se ha extendido hasta nuestros tiempos, su tema de Batman era el absoluto y la base por la que debía de regirse el personaje (amén de por qué si entiende esto entonces ¿El tema de Nelson Riddle o de Neal Hefty no debería figurar como el verdadero? Nunca ha dado detalles de esto).
Y si bien Elfman nunca terminó por componer para la serie más que el hecho de prestar el tema principal, esta labor corrió a cargo de Shirley Walker, una reciente mujer compositora y que había estado trabajando junto a este en el campo del arreglo composicional y dirección de orquesta, y lo que hizo Walker es absolutamente fenomenal. Desechó la idea del tema único de Elfman y propuso el suyo que a lo largo de la serie era el que se escuchaba al lado de todos, y cada uno de los villanos de Batman. Cuando llegó el momento de componer para la primera y tristemente olvidada adaptación de la serie a la gran pantalla, Walker peleo para seguir en el puesto porque
ella era la persona que primordialmente entendía la atmósfera de Ciudad Gótica en la animación, y terminó por entregar su mejor trabajo en su corta carrera.
Batman: La máscara del fantasma es una especie de upgrade de los temas presentes para Batman y para El guasón, solamente que aquí Walker se da espacio para darle al tema del caballero de la noche unos coros explosivos, que más que nada cargan con la absoluta tristeza que la película revela: de cómo Bruce Wayne a toda costa intentaba huir de la “obligación” de ser un sujeto ensimismado con derrotar al inagotable crimen, y un sujeto que por alguna vez en su vida logró volver a ser feliz y encontrar el amor verdadero.
Walker vende esta noción y la película adquiere una carga emocional mucho más persistente apoyada también por las expresiones de los rostros de los personajes frente a las constantes revelaciones que ocurren a lo largo de también, básicamente un giallo escalofriante que Batman necesita resolver y que es algo, cercano a su ser.
Tracks destacados: Main Title, Phantasm’s Graveyard Murder, Birth of Batman, Phantasm & Joker Fight.
5.- Batman eternamente y Batman y Robin (Joel Schumacher, 1995, 1997) de Elliot Goldenthal.
Con la salida de Tim Burton de la franquicia por considerar limitada las opciones que tenía ahora con un estudio demandando una película más amena tras la aberración que tenía a un Pingüino vomitando sangre negra, Warner Bros no tardó en suplir a Burton con un director confiable para el estudio: Joel Schumacher. Schumacher aceptó y entendió las molestias del estudio, y para bien o para mal terminó entregando dos películas de tono camp que aludían a la cultura pop y se presentaban de forma más sarcástica. No son enteros fracasos como la gente a menudo dice –créanme, en este punto de la historia han salido peores películas de superhéroes que Batman y Robin–
pero sí son una avalancha de decisiones confusas dentro de su diseño de producción de luces neones pero manteniendo la estética deco de las primeras películas, o el casting de actores que terminan devorando la película al no tener una fundamentación sobre sus personajes.
La música es quizás lo más extraño de todo.
Los productores decidieron suplir a Elfman con otro compositor en ascenso –Elliot Goldenthal-y que también era sinónimo de producciones complicadas, considerando que en 1992 fue el encargado de la música de Alien 3 de David Fincher.
Si algo emula Goldenthal de Elfman es en tener un tema principal memorable, incluso uno mucho más complejo conforme progresa a comparación del original, pero más allá de este lo que termina ofreciendo es un par de scores que no dan espacio al respiro, con canciones que literal parecen estar desbordándose de las bocinas y deformándose en chirridos incongruentes, que no solamente sirven para el superhéroe sino para los villanos. Los temas de El acertijo y Dos Caras son juguetones, pero son en extremo similares uno del otro y no da espacio para la contraposición con ninguno de los presentes.
Tracks destacados: Main Title & Fanfare, The Perils of Gotham, Nygma Variations, Victory,
Tracks destacados: Poison Ivy/ Mr. Freeze’s Plan, Mr. Freeze Crashes the Party.
6.- Batman inicia (Christopher Nolan, 2005) de James Newton Howard y Hans Zimmer.
Hay un principal problema respecto a la trilogía de Christopher Nolan y su música, y es que al tratarse del inicio colaborativo de este con Hans Zimmer (supliendo a David Julyan de la fórmula pasada con Nolan), este tiende a quedarse con el crédito total de la composición de la saga entera… lo cual es un rotundo insulto hacia James Newton Howard, compositor de igual –incluso mejor- valía a la del alemán y quienes a lo largo de las dos primeras entregas hicieron una dinámica colaborativa bastante peculiar de realzaba las fortalezas de cada uno. Los dos terminaron sentados en dos estudios
compartidos por 12 semanas reestructurando la música de acuerdo a cómo sentían que podía mejorar; el resultado por el lado de Hans Zimmer –el más fácil de apreciar- es un trabajo que suena bastante similar al estilo auditivo caníbal del compositor, en este caso aludiendo a sus scores de acción del pasado como La roca o Marea roja. Por el otro lado James Newton Howard presenta temas de piano sostenibles, pero no tan desarrollados como uno podría esperar.
Quizás estos elementos también tengan que ver, en que los dos compositores dejan un espacio bastante vacío y grave: no hay un tema de conflicto en némesis para Batman y sus 4 temas. Hay sonidos y experimentos como las escenas que involucran al espantapájaros pero no presentan dinamismo frente a las escenas. Cuando funciona Batman Inicia es un trabajo que apunta a melancolía un tanto barata y secuencias de acción sostenidas en una atmósfera Zimmerezca.
Tendrían que pasar unos años para que este dúo por fin encontrase una modalidad mucho más cómoda y nutritiva, lo aquí presente, son las bases.
Tracks destacados: Vespertilio, Eptesicus, Macrotus, Molossus, Lasiurus,
7.- Batman: El caballero de la noche (Christopher Nolan, 2008) de James Newton Howard y Hans Zimmer.
Tratándose de una oportunidad de expandir temas y al encontrar más fructíferos los villanos presentes El caballero de la noche es superior a Batman Inicia y es en donde toda la experimentación de Zimmer rinde frutos. De nuevo hay que ver los dos lados que ofrecen y por parte del alemán, hay una entera dedicación –dada su más reciente facinasción por la abstracción y minimalismo- en ofrecer el tema del Guasón, que es una guitarra eléctrica distorsionada y que vende efectivamente el factor de caos que representa el personaje en esta versión fílmica. El tema del guasón es simplista y se presenta de forma que domina la escena, a menudo devorando las propuestas que
involucran al superhéroe. Por parte de Howard hay algo mucho más productivo, desarrollando los temas de piano de la primera película, adoptando uno como el tema de Harvey Dent, para después destruir dicho tema y presentar uno nuevo para Dos caras que es, sin lugar a dudas una de las representaciones más escabrosas sobre un personaje cediendo a la tiniebla por la que luchó tanto.
El dinamismo de estos dos se extiende a las secuencias de acción, sobre todo porque estas se extienden temáticamente no a Batman ni a sus enemigos, sino a la ciudad y sus intentos para sobrevivir. Es un gran score, el mejor de esta etapa y que mostraba que esta dualidad compositiva estaba rindiendo frutos, pero no todo es para siempre.
Tracks destacados: Why so Serious?, Harvey Two-Face, Like a Dog Chasing Cars, Watch the World Burn, A Dark Knight.
8.- Batman: El caballero de la noche asciende (Christopher Nolan, 2012) de Hans Zimmer.
Si de algo sirve la tercera entrega de Batman de Christopher Nolan, es para demostrar de que ocasionalmente Hans Zimmer depende demasiado del hype que de una verdadera capacidad de ofrecer algo de valor en el campo musical. En las entrevistas y giras para El caballero de la noche, la atención se desvió hacia Hans Zimmer y esto, fue algo que resintió James Newton Howard, quien simplemente decidió salir de una ecuación en donde no recibía el mérito que merecía. Zimmer y Nolan en una gran audacia no pelearon por esta situación, y en el caso del compositor alemán este declaró en entrevistas que la tercera entrega sería más épica y construida casi desde cero.
Lo cual es falso, cuando lo más notorio de El caballero de la noche asciende, es la carencia de propuesta que no sea la que canibaliza los otros 2 filmes en momentos donde incluso hace una especie de remixes recortando por donde desea. Esto no es
precisamente ético porque no parece respetar las ideas de un antiguo compañero de trabajo, pero también es algo que no debería de sorprender de un compositor que utiliza colaboradores para llenar huecos o expandir demos que entrega de 15 minutos en una película entera.
Lo poco que propone Zimmer es el tema de Bane, que es provisto de unos cánticos diegéticos dentro del filme, y el tema de Selina que es medio juguetón, pero extrañamente desaprovechado en el filme.
Por increíble que parezca, esto no es lo peor que ha hecho Hans Zimmer para Batman, eso vendría después.
Tracks destacados: Gotham’s Reckoning, Mind if I Cut In?,
9.- Batman vs Superman: El amanecer de la justicia (Zack Snyder 2016) de Hans Zimmer y Junkie XL.
Quizás, Batman vs Superman sea mejor entendido dentro de su complejidad nihilista y decadente, porque de verdad este es uno de los trabajos más difíciles que he escuchado y que nunca he vuelto a revisar desde hace más de 5 años.
Nos encontramos frente a Zimmer en su ego total y por lo tanto, con un trabajo mínimo en el desarrollo o estilo que quizás es la mejor señal de la nueva senda de la composición musical de cine, que básicamente está plagada de personas que tomaron el rumbo y academia de Zimmer, irónicamente volviéndose similares en sonido que resulta difícil poder separar qué es lo que define a un compositor de otro.
Aquí claro que hay una contraposición de temas, pero no precisamente el que existe significa que sea bien logrado. El simplista tema de dos notas de Superman se enfrenta ahora, con el de Batman, que lejos de recuperar el tema propuesto por la trilogía de Nolan ahora desciende más en minimalismo ahora a una atmósfera por demás ridícula,
con una nota, repetida 4 ocasiones, y en cada una de ellas atacando la producción de un score que es de verdad enemigo de las bocinas.
Agregados están ciertos elementos de otros trabajos –por supuesto que no acreditados, como debiera de ser- que incluyen Alien de Jerry Goldsmith, el Sherlock Holmes del propio Zimmer, ahora interpuesto en Lex Luthor por alguna razón, y la más desconcertante: el tema de Gollum de Howard Shore para El señor de los anillos va para Bruce Wayne.
No es un trabajo disfrutable pero tiene sus fanáticos: igual que la película que cobija. Tracks destacados: Beautiful Lie,
10.- Lego Batman: La película (Chris McKay, 2017) de Lorne Balfe.
Score rico en géneros, que pasa de la orquesta con coros, a elementos de rock, las percusiones de Zimmer y la herencia sintetizadora de Mark Mothersbaugh dentro del universo de Lego.
Todos estos elementos rayan en un tono agresivo y excedente… pero precisamente es la gracia. Balfe entiende que esta película de Batman es una que presenta al personaje como una reflexión de este frente a sus fanáticos incondicionales y sumamente tóxicos, que le evitan tener alguna falla y básicamente le construyen una torre de fanfarronería; por tal caso, el hecho de que la música se presente como algo sacado de los sueños húmedos de Zimmer y sus colaboradores, es de hecho la cereza del pastel dentro de la película.
Pero más allá del nivel paródico Lego Batman: la película tiene verdaderos esfuerzos en el desarrollo de temas. Cuando no pasa del elemento paródico, que es cuando Batman abre su corazón –y que en cierta forma temática es presente en Robin– es cuando adquiere momentos de verdadera belleza y contemplación.
Es un score mucho más inteligente de lo que parece.
Tracks destacados: Who’s The(Bat)Man, Black, Your Greatest Enemy, The Arrival of Robin.