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Los increíbles tardaron 14 años en volver al cine, fue una espera larga y tiene ciertos detalles, pero no deja de ser una entrega tan divertida y emocional como la primera vez.
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Los Increíbles (2004) es especial por muchas cosas. Se trató de la primera película de Brad Bird en el estudio de Pixar, y también fue una película de total contenido autoral, porque Bird estuvo involucrado en todo el proceso, haciendo que esta fuese la primera en tener temas un tanto maduros para el estudio al que pensábamos era una empresa que hacía buenas películas animadas. En Los Increíbles hay un grandioso análisis del superhéroe norteamericano de antaño, en mezcla con una historia de crisis matrimonial y el habitual alcance de los sueños que Bird suele poner en sus películas (cosa que a lo largo del mes ha tenido implicaciones incoherentes entre miles de video ensayos que lo asocian con la filosofía de Ayn Rand). Hay una estética ajena a todas las demás películas, fue la primera en tener protagonistas humanos que hablaban, hay incluso muertos y personajes que expresan su goce sexual.
Para cómo termina la primera parte se dejaba claro que la familia Parr había aceptado la vida como superhéroes y el aprecio de sus poderes al servicio de los necesitados: todos explotamos de emoción y las ganas por más aventuras quedaron en espera, porque Bird en realidad no tenía expectativas de realizar una segunda parte del proyecto: si llegaba a pasar tendría que justificarse y tendría que valer la pena, y tiene sentido que Los Increíbles vuelvan en estos tiempos: hace 14 años el género de superhéroes estaba incierto y la película se volvió estandarte dentro del mismo género, ahora en este 2018 el fenómeno de los que salvan al mundo tiene secuestrada la taquilla mundial y es la mayor apuesta de los estudios que ven bancable a los personajes de papel y tinta.
Incluso Brad Bird se siente confiado en el proyecto, haciendo que su declaración de que Los Increíbles 2 tiene que ser superior a la primera para haberse considerado, caiga en la mente de audiencias y críticos por igual.
Y lo que hay, es una película bastante curiosa.
Los Increíbles 2 continúa siendo esta carta de amor que Brad Bird tiene a los superhéroes y a su infancia, sólo que en esta ocasión tiende a ser más referencial; si parpadeas puedes perderte las influencias de “Los otros Límites”, de Jonny Quest y hasta de una película de kaijús barata en el fondo que no hacen más que corroborar que el mundo en el que se traslada la película es una vigencia de la cultura de los sesentas, la época de sus primeros 10 años. Con ello analiza de nuevo al superhéroe de la época de plata, con un sentido muy noble hacia el diseño de personajes ridículos que aparecían ocasionalmente como personajes, pero la reflexión más notoria de la película radica en la extrapolación de Mr. Increíble y Elastigirl, que termina siendo una mirada al sexismo de esa misma época.
[/vc_column_text][vc_single_image image=”19008″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]Elastigirl termina siendo la heroína clave dentro de la pieza fílmica, y reafirma la capacidad de sus poderes y determinación en la misión para limpiar el nombre de todos los superhéroes. Así mismo queda presente una noble escena del personaje en el que se encuentra con héroes escondidos y estos no dejan de estar emocionados por ver en carne y hueso a un ícono que respalda su labor heroica en un mundo que no los quiere.[/vc_column_text][vc_single_image image=”19020″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]Si a Elastigirl le toca ser la heroína y por ende la mujer con labor en la familia Parr, es Mr. Increíble el que tiene que supervisar las labores de sus hijos, y aquí es en donde la interacción de la familia llega a su punto más hilarante, y parte de la herencia cómica que ha aprendido Bird en su carrera, con el humor del contraste juguetón tan conocido en toda su obra y el humor de los Looney Tunes que está arraigado en Jack Jack. Quizás lo más interesante de todo, es que esta relación forzada de un hombre fortachón envuelto en problemas matemáticos, maternales y de adolescentes es… algo real. Algo que yo recuerdo con mi padre y que el hecho de jugar fuera de sus casillas le exigiera comprender cosas que a veces no puede solucionar, pero no por ello va a dejar su brazo a torcer en terquedad por hacerme sentir mejor a mí y a mi hermano, y eso lo encontré noble en un punto que me pudo sacar una lágrima.
Giacchino es mi compositor moderno favorito. Su primer trabajo fue en Los Increíbles y en esa película supo entregar un score que respetara las influencias musicales sesenteras de John Barry, Nelson Riddle, Henry Mancini y Hoyt Curtin. Para ser su primer trabajo fue uno tan lleno de temas, diverso y emocionante que acentuaba la película de Brad Bird como nadie más lo pudo haber hecho, en una época donde el crecimiento de Hans Zimmer y su manufactura a control remoto estaba a la orden del día. Era lo que más esperaba en estos 14 años y no defrauda. Los temas individuales quedan omitidos –aunque creo haber escuchado el de Dash en una ocasión- para darle el sentido de unificación al equipo Increíble, y a pesar de la pérdida, lo que obtiene es un estilo más libre de jazz y big band a la hora de crear escenas de acción, y sabes que lo hiciste bien cuando el público grita con entusiasmo al final porque la secuencia de créditos de Giacchino retumba en la pantalla grande.
https://open.spotify.com/album/1kbdqZFxL3fuOmetdZ1VWO[/vc_column_text][vc_column_text]Y a pesar de todo hay un problema que termina haciendo que la película no logre su potencial, y es el paso del tiempo.
Es valiente y a primera estancia fluye de manera natural el hecho de que Bird traslade su película a sólo unos minutos de haberse culminado la primera entrega, después de todo el guiño a los Cuatro Fantásticos contra un ser del interior de nuestro planeta ofrece una secuencia de acción delirante pero que tras ella, hace que la película se termine planteando muchas ideas sobre los superhéroes de la primera entrega. Y es algo confuso, porque entonces la moralidad de ser un súper de la primera entrega queda ofuscada por la repetición y estos temas llegan a repetirse en patrones argumentales: dígase dinámica familiar, la confianza entre el matrimonio Parr, incluso un clímax reivindicador y el antagonismo consecuencia de las acciones de los enmallados.
¿El paso del tiempo hubiese sido más fructífero en la familia Parr? Bueno, esa película no existe, y es algo que deja pensando al público pero no demerita el proyecto final, incluso pueden plantearse como elementos tradicionales en las historias clásicas de los cómics, precisamente con la primera familia de Marvel ¿Cuántas veces no le sacaba canas de coraje a Sue Storm Reed Richards?
Los Increíbles 2 es una entrega con elementos sociopolíticos a la par de la primera y que en términos de disfrute jamás cojea, un proyecto pasional por parte del mejor director estrella de Pixar.[/vc_column_text][vc_single_image image=”19022″ img_size=”full” alignment=”center”][/vc_column][/vc_row]