Este 31 de octubre se cumplen 22 años de la muerte de uno de los íconos del cine mundial, el director italiano Federico Fellini. Creador de su propio lenguaje cinematográfico, es considerado un maestro por la forma íntima y a veces autobiográfica en la que hacía cine.
Entre su amplia filmografía se destacan tres cintas: “La dolce vita” de 1960, “8 y medio” de 1963 y “La Strada” de 1954. Los académicos que han estudiado su cinematografía, dividen su obra en dos etapas: el neorrealista y un estilo propio más barroco, festivo y lleno de fantasía, hoy llamado estilo felliniano.
Los estudiosos del cine también coinciden en destacar otros títulos en la notable carrera de Fellini: “Las noches de Cabiria” de 1957, “Amarcord” de 1973, “Giulietta de los espíritus” de 1965 y “Satiricon” de 1969.
Entre sus colaboradores más cercanos están la actriz Giulietta Masina (su esposa por más de 50 años), el actor Marcello Mastroiani, el compositor Nino Rota, el productor Angelo Rizzoli, el guionista Ennio Flaiano y el director de montaje Ruggero Mastroiani.
Ganador de 4 premios Oscar en la categoría de Mejor Película Extranjera, en 1993 la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas (de Estados Unidos) le otorgó un Oscar en reconocimiento a su amplia trayectoria y a sus aportaciones al séptimo arte. Por su película “La Strada”, ganó más de 50 premios internacionales y por “La dolce vita” también obtuvo la Palma de Oro del Festival de Cine de Cannes.
Su cinematografía ha influenciado a cineastas tan destacados como Woody Allen, Pedro Almodóvar, David Lynch, Martin Scorsese y Terry Gilliam, entre otros.
Entre sus frases célebres, lo recordamos por aquella que decía: “El cine es como un buen vino: dura un instante y te deja en la boca un sabor a gloria; es nuevo en cada sorbo y, como ocurre con todo, nace y renace en cada saboreador”.