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[eltdf_dropcaps type=”normal” color=”” background_color=””]A[/eltdf_dropcaps]unque uno desconozca su nombre, lo más probable es que Stephen Goldblatt ha estado involucrado en alguna de tus películas favoritas. Ha sido director de fotografía por más de 30 años en varias de las grandes producciones de Hollywood. Ha trabajado con directores de la talla de Mike Nichols, Francis Ford Coppola, Tony Scott y Barbara Streisand, así como con muchos de los actores más reconocidos de Hollywood, incluyendo a Meryl Streep, Al Pacino, Natalie Portman, Mel Gibson y Bette Midler, entre muchos otros. La gente de Guanajuato tiene la fortuna de que hoy en día esta personalidad ha establecido su hogar en San Miguel de Allende. Sarah Hoch, la Directora del Festival Internacional de Cine Guanajuato, nos cuenta que recién llegado a San Miguel Allende, el fotógrafo hablaba con un bartender de quién era y que ahí se enteró de este festival y se puso en contacto con Sarah Hoch para brindarle a los asistentes esta Clase Magistral.
Moderada por Daniel Kandell, esta conferencia tuvo su propia estructura. Después de hablar brevemente de su carrera como fotógrafo para Life Magazine y de su breve tiempo en una escuela de fotografía (en dónde lo único que aprendió es no ir a una Escuela de Fotografía), Stephen presentaba segmentos de varias de sus películas (que él mismo escogió) y después de cada escena hablaba un poco y tomaba unas cuantas preguntas del público. Los segmentos fueron de varias de sus películas, incluyendo Batman Forever, Closer, Lethal Weapon 2, The Help y la que dice que es su favorita Angels in America.
A lo largo de la conferencia, Goldblatt habló del papel del fotógrafo y de lo importante que es tener una relación sólida con el director. Típicamente, como el fotógrafo trabaja en más películas al año que el director (dado que el posterior se involucra en el proceso entero y el anterior solamente en la grabación), por lo que el camarógrafo típicamente llegará con más experiencia para ofrecerle al realizador. Goldblatt tiene mucho respeto por cada elemento de una película y dice que sus decisiones títpicamente salen de lo que requiere la historia y de como puede resaltar un momento importante (habló de la introducción del mundo de Skeeter en The Help), así como las posibilidades que vienen en películas de presupuestos más altos.
Muchos en el público preguntaron acerca de sus opiniones de grabar en digital. Goldblatt dice que le es fascinante la tecnología digital, pero que políticamente en el set crea problemas, ya que le quita una cierta autoridad al fotógrafo que ahora tiene que compartir con los de efectos especiales y otros técnicos (por lo que él prefiero trabajar en películas con presupuestos más bajos y sin efectos especiales) y también como lo digital es tan flexible, permite que personas con menos experiencia con lo visual se involucran con las decisiones que toma en el set. Dice que la transición es fácil porque grabar en digital en general es fácil, pero manejar las relaciones en el set se ha vuelto un tema.
También habló de la responsabilidad que tiene un camarógrafo con sus actores, en particular con su imagen, ya que existen camarógrafos que los han despedido porque al actor no le gustó su imagen. A Goldblatt le interesa mucho la idea de montaje de actores, decirles dónde moverse y como evitar que se noten los trucos de la cámara, por ejemplo hacer que Meryl Streep se vea más alta en Julie & Julia y que Octavia Spencer dejara de mirar hacia abajo. En todas sus escenas hizo que el público notara su uso de luces, incluyendo una escena de For the Boys para la que tuvo que construir 150 linternas del color que él necesitaba para obtener el look que quería (dice que es de las escenas que más miedo le dio por la absoluta oscuridad).
Stephen Goldblatt, un hombre con absoluto respeto por cada elemento del quehacer cinematográfico y con mucha claridad ante las decisiones en su propia carrera. Cuando decide dónde poner la cámara, dice que es basado en sus instintos y los errores que ha cometido antes, por lo que siempre experimenta y siempre observa con mucha admiración el trabajo de sus colegas, incluyendo al mexicano Emmanuel Lubezki… quien le debe 15 dólares por un trago que le compró en la ceremonia de los Óscares en 1996.