“Sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas” – Jack Kerouac
Hemos, cada uno de nosotros, viajado varias horas y una vez más estamos juntos.
Los fines de semana se han vuelto del camino, de dormir apretados, de trasnochar y broncearse el rostro con el resplandor azul de la pantalla, de ir poco a poco enloquecidos rumbo a un horizonte que cada fin de semana se encuentra un poco menos distante, estamos condenados a dar todo por filmar nuestro corto.
Es el cuarto fin de semana y estamos en Guanajuato. La faena será como siempre larga, inicia el viernes temprano. Erika Avila y Galileo Galaz son quienes durante este fin de semana mostrarán a los ocho equipos como trazar la cartografía de un viaje que durará 48 horas durante el festival. Cada uno a su manera, con su estilo.
Con Erika, todas las cosas de la vida, todas sus caras se amontonan en la misma habitación. El taller de dirección de arte es destejer el mundo que creíamos tener hecho para darle textura, inventar sus reglas y dotarlo con su propia lógica y sus propios colores. Certera, contundentemente honesta, Erika nos deja sin aire, seguirle el paso es difícil, su momento pasa rápido pero intenso es como respirar gas. Nos deja sin aire y algunos los tumba, se ponen de pie y siguen.
Dios creó al mundo en siete días, nosotros tenemos que hacerlo en tres, darle forma, separar sus aguas, airear sus cielos, darle forma quienes morarán sus espacios. No, no es soberbia, así es la dirección de arte.
Con Galo las cosas van suaves. Lo miramos trabajar y pensar en un pescador es inevitable. Armamos las cañas y enfundamos los micrófonos con los gatos muertos; y ciegos, pero atentos como murciélagos , para usar el Boom hay que ser preciso , ningún sonido queda por encima de la voz.
Llega el domingo, después de inventar mundos y de pescar sonidos, los ocho equipos regresan a sus hogares, exhaustos, un poco más sabios, aún falta para julio y esas 48 horas de las que todos hablan, las que todos esperan. Por ahora el viaje tiene una pausa, pero el sueño sigue su marcha.
Willie Dennis González
STAFF. Rally Universitario