[eltdf_dropcaps type=”normal” color=”” background_color=””]E[/eltdf_dropcaps]l cine al margen de la industria. Más allá de renunciar al sistema de los estudios, el jishu eiga es la noción misma del cine independiente en Japón. Realizadas con bajo presupuesto y sin apoyo estatal, el jishu eiga implica producciones en las que el director tiene absoluta libertad creativa, lo que permite un cine de autor en el sentido más genuino.
Alentados por organizaciones como el PIA Film Festival, una ola de expresión creativa surgió en las décadas de 1980 y 1990, abriendo paso en la escena del cine independiente a quienes hoy son algunos de los autores más reconocidos de Japón. Directores como Sion Sono y Shin’ya Tsukamoto, quienes filmaron sus primeras películas en 8mm, continuaron sus carreras con el espíritu jishu eiga.
Formados en la era digital del cine, directores como Katsuya Tomita y Riyusuke Hamaguchi llamaron recientemente la atención del público y críticos de todo el mundo. Inspirado en la Retrospectiva de Cine Independiente Japonés dentro del Festival de Cine de San Sebastián 2015, y coordinado con la ayuda de Shozo Ichiyama, este programa reúne nueve películas que representan la gama estilística del jishu eiga, así como su proliferación, ya sea en términos financieros o creativos, a lo largo de las primeras décadas del siglo XXI.
Las películas que conforman este programa son: Un camino de Daichi Sugimoto; El viaje de Chasuke de Sabu; Frío florecer de Atsushi Funahashi; De tal padre, tal hijo de Hirokazu Kore-eda;Mental de Kazuhiro Soda; Disparos al amanecer de Shin’ya Tsukamoto; Pasión de Ryusuke Hamaguchi; Saudade de Katsuya Tomita; y Vamos a jugar al infierno de Sion Sono.