[eltdf_dropcaps type=”normal” color=”” background_color=””]¿D[/eltdf_dropcaps]e qué forma uno puede significar el éxito sin antes conocer la esencia de la humildad, del tiempo y del amor al semejante? Si existe una cineasta que ha hecho del cine algo personal es Naomi Kawase. Una mujer que construyó su cine sin referencias y sin conocer mucho del cine de otros, pero plenamente consciente de su entorno, de la profunda sensibilidad del prójimo y del valor de la vida.
Para ella, el cine es simplemente un medio de expresión en el que comparte con el público sus historias. Naomi no se apasionó por el cine viendo cine. Según ella y en tono lúdico, “bajó el Dios del Cine y le dijo que es lo que debería hacer para expresar lo que tiene que expresar”. Es decir que el cine la alcanzó a ella para reclamarle posteriormente las magníficas entregas que ahora conforman su legado fílmico. Naomi deseaba algo que ella pudiera estar haciendo hasta el fin de sus días, con lo que siempre pudiera crear desde el corazón y el espíritu.
Naomi comenzó su carrera con películas documentales. Cuando corre la cinta es como si estuviera escarbando en el tiempo, aprendiendo de él, respondiéndole. Relata que su primer proyecto fue para buscar a su padre, a quien nunca había conocido, por todo el mundo con una cámara; esto se convirtió en el documental Moe No Suzaku, aclamado por la crítica de inmediato. A éste le siguió un retrato de su abuela, la mujer que la crió. Naomi trata siempre de cosas muy personales con la intención de crear con absoluta objetividad el sentir subjetivo que ofrece a diario la vida. A ella le interesa lo que viene del corazón.
La Conferencia Magistral de Naomi Kawase, Homenajeada Internacional del Festival Internacional de Cine Guanajuato, se llevó a cabo ayer en el Teatro Principal. El curso total de la entrevista se ofreció en japonés, con traducción simultánea al español, denotando en cada instante el carácter de la comunicación de nuestros invitados, esa sutileza y frontalidad para hablar; cada pausa un suspiro, cada idea una anécdota ejemplar.
Después de unas palabras de la directora Sarah Hoch, se mostró el video de la semblanza de Naomi Kawase en el que se observó un emotivo recorrido por la carrera fílmica de esta reconocida directora; un tributo a la contemplación, al estilo poético que con máxima humildad domina. Una vez terminada la semblanza, la también directora ejecutiva del Festival Internacional de Cine de Nara llevo a los presentes por las bellas andanzas de su trayectoria, desde sus inicios como profesora, hasta sus primeros filmes, las relaciones con su abuela e hijo, el llamado de Cannes, la esencia pura del cine, el fomento que desde su ciudad natal impulsa en jóvenes creadores a través del Festival de Nara y sus distintos programas, así como el futuro próximo, una agenda laboral repleta de compromisos y proyectos próximos a convertirse en la historia misma de la cinematografía japonesa.
Hacia el final de la conferencia Naomi pidió prender las luces del teatro para poder observar los rostros de las personas que desearan hacer preguntas. Alguien preguntó qué diría a los cineastas jóvenes. Naomi aún se considera joven y probablemente le gustaría que alguien le de consejos, pero dice que el consejo que extendería a los cineastas es que creen algo que solamente puedan crear ellos mismos. La autenticidad de la persona, el encuentro propio, ese es su secreto. Al final del día, el mejor regalo que pueden aportar es uno que no puede venir de nadie más.