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Una historia peculiar sobre las relaciones familiares y sobre superar obstáculos para conseguir lo que uno quiere
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Entre otras muchas cosas, el cine nos ha enseñado que las películas biográficas y el deporte pueden ser una buena combinación para darle forma a títulos que llaman la atención por presentar las hazañas de personas normales que al dedicarse a alguna actividad deportiva a nivel profesional terminan convirtiéndose en héroes de la vida real, ya sea por sus logros deportivos o por su capacidad para superar situaciones complicadas que podrían hacer dudar a cualquiera. Los biopics sobre deportistas suelen funcionar bien en la cartelera y atraen asistentes a las salas, desde fanáticos hasta cinéfilos que buscan una opción que valga la pena, por lo que es probable que muchos tengan curiosidad por ver Luchando con mi familia (Fighting with my Family) y tal vez no se sientan defraudados al verla, pues se trata de una de las mejores cintas en su tipo que se han hecho recientemente.
La lucha libre es un espectáculo deportivo que tiene millones de seguidores en todo el mundo, sobre todo cuando hablamos de una marca como lo es la WWE en Estados Unidos, situada entre lo más alto de la industria de la lucha profesional gracias a los grandes shows que suele ofrecer. En la empresa mencionada, tal como pasa con otras similares en diferentes deportes, se cuenta con profesionales cuyas historias de vida pueden ser realmente interesantes y que nos enseñan lo que han tenido que pasar algunos para llegar hasta donde llegaron; uno de esos casos es el de Paige, luchadora británica profesional en quien se centra la trama de Luchando con mi familia.
Saraya -quien años más tarde adopta el nombre de Paige– es una niña normal que es parte de la familia Knight, quienes son poco convencionales y se dedican por completo al negocio de la lucha libre, aunque en realidad no cuentan con una buena solvencia financiera y sueñan con que el hijo mayor, Zak, algún día se convierta en una súper estrella de la WWE y con el paso de los años él hace todo lo posible para conseguir una oportunidad, una aventura en la que le acompaña su hermana, quien termina volviéndose igual a toda su familia. Un día, los hermanos hacen pruebas para la empresa para la cual quieren trabajar, pero sólo ella es elegida y a partir de ese momento su vida, y la de sus familiares cambia por completo.
Luchando con mi familia es un efectivo dramedy (comedia dramática) que nos lleva a través de una etapa sumamente importante en la vida de una joven que recibe una oportunidad única y que parece estar destinada a tener que conformarse con “ser tomada en cuenta”, pues aparentemente tiene todo en su contra para triunfar. La joven Saraya no cumple con las características de las otras candidatas que quieren lo mismo que ella, mujeres que son rubias con cuerpos voluptuosos y sumamente atractivas, más modelos que luchadoras, pero la británica tiene la ventaja de saber luchar y de ser una apasionada de la lucha, ella es diferente y tiene un estilo único, pero debe encontrarlo mientras intenta demostrar que se merece estar ahí y que tiene lo necesario para ser una gran estrella de la lucha libre profesional.
Pero, la película no es sólo sobre una joven que no encaja intentando lograr una meta que parece imposible y probándose a sí misma para superar todos los obstáculos que se presentan, algunos muy fuertes que harían que cualquiera se quebrara; esta cinta es también acerca de cómo se rompe la estrecha relación de Saraya con su hermano y mejor amigo a partir de que ella recibe una oportunidad en la WWE, pero él no, por lo que se siente traicionado y frustrado, viendo cómo su nueva vida como padre primerizo lo aleja de todas las cosas con las que soñó desde niño y estando enojado debido a que su hermanita sí podría tener eso que él tanto desea. La protagonista necesita el apoyo de su hermano en una de las pruebas más difíciles de su vida y él no quiere saber nada sobre ella.
Con un guión bien estructurado y una dirección efectiva que resultan en una película entretenida con un ritmo ágil que atrapa la atención de principio a fin y que lo mismo te hace reír que te pone a pensar en las veces en las que has peleado con tus hermanos o en las que has estado tentado a rendirte pero decides seguir, Luchando con mi familia se convierte en un título que sorprenderá a muchos, pues tiene bastante que ofrecer.
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