En esta edición, el Festival Internacional de Cine Guanajuato se honra en contar con la presencia de Líbano como País Invitado de Honor. Su fascinante bagaje cinematográfico está representado por una selección de películas que ponen el acento en lo más destacado del cine de este país.
El cine libanés es heredero de una cultura rica en historia y tradiciones. La posición de esta nación, con sus complejidades y retos, es una veta desde donde han surgido historias profundas y pertinentes. Tanto las cintas clásicas como las contemporáneas muestran las inquietudes constantes de la idiosincrasia libanesa —como la migración o la multiculturalidad— además de reivindicar la solidez de su producción artística. Autores como Nadine Labaki o Ghassan Salhab son muestra de que el cine libanés se encuentra en una etapa de apogeo tanto en producción como en reconocimiento internacional.
La selección de cine clásico libanés presentada por el GIFF muestra de forma clara y variada la historia del cine libanés, el cual que contiene las claves de la historia del Oriente Medio contemporáneo, que no es sino la historia íntima del post-colonialismo. Estas cintas transitan desde los orígenes del cine libanés de autor con Ila ayn?, de Georges Nasser, hasta las voces contemporáneas de Zaid Doueiri o Samir Habchi.
El documental es un género para el que la realidad de Líbano se vuelve especialmente propicio. En muy pocos lugares del mundo se pueden encontrar historias que revelen los aspectos íntimos del desarrollo contemporáneo de Oriente Medio con tan sólo encender una cámara en las calles, o ver cómo surgen pasados sugestivos al charlar con casi cualquier persona. Además, el cine libanés le otorga a este género un toque de experimentación con la narrativa y las estructuras.
El cine contemporáneo libanés se ha construido de forma independiente, fuera de las infraestructuras institucionales. Todas las películas presentadas en esta categoría han sido proyectadas y reconocidas en festivales internacionales. Muchas de ellas muestran una vinculación especial con Beirut, la capital del país, que se vuelve escenario y protagonista indispensable para sus historias.
Celebrando los vínculos que unen a nuestros países y a sabiendas de que el cine es una de las formas artísticas que mejor facilitan el reconocimiento de otras naciones y culturas, esta edición del GIFF presenta lo más selecto de un cine reconocido mundialmente por su calidad y hondura. Es un gran honor para este Festival rendirle tributo a un cine que nos conmueve y nos sorprende por igual.