La pasión por el cine no tiene edad
Tras dos meses de insistencia y pese a varias negativas por parte del comité organizador del Festival Internacional de Cine de Guanajuato, con tan sólo 13 años de edad, Juan Antonio Flores Zuñiga, se ha convertido en uno de los voluntarios más jóvenes en la historia del GIFF; demostrando que la pasión por el cine no tiene edad.
“Quiero ser una combinación entre Quentin Tarantino y Tim Burton, un gran cineasta o productor que sea reconocido a nivel internacional”. Así de claro y puntual es como se visualiza Juan Antonio Flores Zuñiga, un entusiasta e inquieto adolescente de 13 años que, después de decenas de mensajes en las redes sociales oficiales del Festival Internacional de Cine de Guanajuato, innumerables correos electrónicos enviados a la coordinación de voluntarios y varias llamadas telefónicas a las oficinas del GIFF, logró ser aceptado como voluntario para la décimo sexta edición.
Sin duda, al ahora llamado “Niño GIFF”, originario de Guerrero Negro, Baja California Sur, le quedó muy grabado el dicho popular: “el que persevera alcanza”, pues desde mayo pasado empezó a mover cielo, mar y tierra con tal de conseguir un lugar en el equipo de voluntariado del encuentro fílmico guanajuatense. Y es que para “Toño”, como le dicen de cariño, la edad no representa impedimento para ir a la conquista de sus sueños.
Una de las condiciones que el GIFF establece para participar como voluntario, es ser mayor de edad, esto, evidentemente, para nada le importó a Juan Antonio, y mucho menos, mermó sus ganas de lo que él mismo denomina “una importante aventura en su carrera cinematográfica”, algo así como la primera cima a conquistar.
“Desde hace varios años acostumbramos visitar Guanajuato durante el verano; a mi mamá el encanta, debido a su oferta cultural (…) En uno de esos viajes – siendo más niño – vi un cartel del festival en la calle y me llamó mucho la atención porque desde que tengo memoria quiero dedicarme al cine, entonces fue que surgió el interés por pertenecer a la industria”, asegura el “director en ciernes”.
Después de varias semanas de saturar el inbox del perfil en facebook Voluntarios GIFF, Juan encontró la cuenta de Sarah Hoch, directora del encuentro cinematográfico, a quien le mandó un mensaje solicitándole lo pudiera incluir en la lista de voluntarios, en el breve escrito mencionaba sus capacidades audiovisuales y su enorme deseo de asistir.
“Su ímpetu e insistencia, pero sobre todo sus ganas, propiciaron que hiciéramos una excepción para aceptarlo en el equipo, siempre y cuando estuviera acompañado por alguno de sus padres (…) Luego de 16 años, este tipo de cosas son las que nos siguen motivando a dar más del 100 % en el GIFF, enterarme de este caso me emocionó mucho y le tomé mucho cariño al muchacho, en verdad es un honor generar esta motivación en los jóvenes a través del cine, y al mismo tiempo, es padrísimo cuando la gente nace sabiendo lo que quiere hacer en la vida. Siempre he dicho que el corazón del festival son los voluntarios y esto nos demuestra que no nos hemos equivocado”, manifiesta Hoch Delong.
“La clave es nunca aceptar un no por respuesta”
Una vez que Juan Antonio logró una respuesta afirmativa por parte del GIFF, el reto era convencer a sus padres de cambiar su residencia por dos semanas y trasladarse a Guanajuato, tarea que, relata no le resultó tan difícil, ya que siempre lo han apoyado.
“Nosotros hemos notado el interés que nuestro hijo tiene en el mundo del cine, de hecho, ya investigó un par de escuelas en California en donde puede estudiar una carrera cinematográfica, así que esto tiene precedentes y es parte del proceso, una gran oportunidad para él. Sólo esperamos que nos deje entrar al cine cuando haga una película”, dice orgulloso Juan Flores, padre del menor, actualmente jubilado de una empresa productora de sal.
En esta ocasión sólo Don Juan acompañará al joven voluntario a Guanajuato, mientras el resto de su familia, conformada por su madre y tres hermanos mayores, permanecerá en Baja California Sur.
La ruta del joven viajero
A pesar de la distancia, el joven viajero ha decidido seguir la luz que representa al cine y dejarse guiar por la linterna y brújula de Fernando Luján. Juan Antonio cuenta los días para emprender la aventura de su vida y recorrer más de 1.400 km desde Guerrero Negro, Baja California Sur, haciendo una escala en Ensenada, hasta San Miguel de Allende, ciudad a la que planea arribar un par de días antes de que arranque la edición XVI del Festival Internacional de Cine de Guanajuato; donde llevará cabo su primer voluntariado, apoyando al Rally Universitario “Expresión en Corto”.
Confiesa que en su mochila llevará unas cuantas playeras, máximo tres pantalones de mezclilla, dos pares de tenis y una cámara fotográfica, pues el mayor espacio lo ocuparán sus sueños. Actualmente, Toño realiza cápsulas en video que sube a su canal de youtube, participa en un programa de radio por internet, practica raquetbol y acaba de pasar a segundo grado de secundaria. En cuanto al cine, sus géneros favoritos son el de acción y el de drama romántico.
En 2013, el GIFF contará con la invaluable ayuda de 70 voluntarios en San Miguel de Allende y 120 en Guanajuato Capital.
El cine es un viaje y Guanajuato es el destino.
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