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Ingeniosa combinación de buddy movie con road movie sobre una amistad improbable, el racismo en Estados Unidos y el valor de ser uno mismo.
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La historia del cine está llena de grandes películas sobre amistades que parecen imposibles por las notables diferencias que existen entre aquellos que las tienen, pero los opuestos se atraen y en cintas como Green Book: Una amistad sin fronteras (Green Book) esto queda más que claro. Basado en anécdotas reales, este dramedy (comedia dramática) nos convierte en el tercer pasajero dentro de un automóvil en el que dos hombres muy distintos viajan por la carretera a lo largo del complicado Estados
Unidos de los años 60, uno lo hace por una cuestión de orgullo personal y el otro por dinero para proveer de lo necesario a su familia.
Protagonizada por Viggo Mortensen como el chofer y guardaespaldas italoamericano Tony Vallelonga junto a un excelente Mahershala Ali en el papel del prodigioso músico afroamericano Don Shirley, esta película presenta una historia en apariencia sencilla, pero bastante interesante que se va desarrollando con un buen ritmo narrativo y que va tomando rumbos que uno no esperaría conforme avanza cada escena. La mayor parte de la trama tiene lugar en la carretera y los largos recorridos a través de la misma funcionan para que dos hombres de mundos diferentes comiencen a tener más en común, llegando incluso a depender el uno del otro para asuntos relevantes en las respectivas vidas de ambos.
Tony Vallelonga es un charlatán de apariencia ruda, con poca educación y un hombre de familia, él trabaja para sacar adelante a sus seres queridos y pasa la mayor parte del tiempo comiendo cosas que no son nada saludables; a pesar de tener una relación cercana con criminales, él prefiere trabajar honestamente y mantenerse alejado de problemas, y también tiene cierta reputación por la que muchos se interesan por obtener sus servicios. Por su parte, Don Shirley es un pianista adinerado y con gustos
refinados que mantiene una existencia solitaria, parece tenerlo todo y al mismo tiempo no tiene nada, pasa el tiempo intentando vivir de la mejor forma que pueda debido a que es muy blanco para los afroamericanos de la época y para los blancos sólo es un negro paz sin importar que paguen por escucharlo tocar, además de que es gay.
Shirley contrata a Vallelonga para que sea su chofer y guardaespaldas durante dos meses, el trabajo consiste en llevarlo y cuidarlo por varias partes de Estados Unidos en las que existe un marcado racismo, por lo que necesita de alguien que lo mantenga seguro. La gira del músico es en realidad una prueba que él mismo se ha puesto para presentarse en lugares en los que no es bienvenido por su color de piel y en los que aquellos que le aplauden cuando toca son los mismos que le niegan el derecho a entrar al baño que usan. Mientras dura el viaje, ambos personajes comienzan a ser amigos y aprenden algunas
cosas importantes el uno del otro.
Green Book: Una amistad sin fronteras cuenta con una muy buena historia que se sostiene por completo en las actuaciones de sus dos protagonistas. Mahershala Ali hace un trabajo espléndido y es prácticamente un hecho que gracias al mismo ganará su segundo Oscar como Actor de Reparto, él se convierte completamente en ese refinado músico que vive torturado por sus demonios personales pero que no tiene miedo a ser él mismo y que está dispuesto a todo para probar lo que vale como persona,
hace cosas que a muchos en su misma posición les darían miedo e intenta olvidar el dolor que siente tocando la música que ama. Viggo Mortensen también se convierte en su personaje, es increíble ver cómo este gran actor es capaz de transformarse en las personas que interpreta y aquí es todo un italoamericano de los 60, pero esta vez tendrá que conformarse con la nominación a Mejor Actor.
En una época como ésta en la que lamentablemente el racismo se mantiene fuerte en varias zonas de Estados Unidos, más que nunca es trascendente una película sobre lo que pasa con un músico afroamericano cuando decide hacer una gira por el sur del país, donde el odio racial y la intolerancia siempre han estado presentes más que en otros lugares del territorio estadounidense.
El mismo título de la cinta nos indica cuál es el contexto social de la misma, ya que el “Green Book”, como se le conocía
a The Negro Motorist Green Book, era una guía turística para afroamericanos en las que se indicaban los lugares y las rutas en las que podían sentirse seguros, pues era común que fueran atacados por la gente blanca mientras viajaban. Con Green Book: Una amistad sin fronteras, tenemos una propuesta fresca en la que un toque de comedia ayuda a darle cierto equilibrio al drama propio de una historia con el contexto del racismo. Se trata de una película que realmente vale la pena ver.
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