El programa Un verano con Bergman convocó el día de ayer en el Mesón de San Antonio a la conferencia Fresas Salvajes de Ingmar Bergman, dictada por la poeta, escritora, periodista y académica Perla Schwartz.
Los asistentes acudieron a la cita en punto de las 18:30 horas para analizar en compañía de esta especialista en periodismo cultural una de las obras maestras de la filmografía del maestro sueco. Esta aclamada película se estrenó en 1957 y fue premiada con galardones como el Oso de Oro a la Mejor Película en el Festival de Cine de Berlín, el Globo de Oro a la Mejor Película en Lengua No Inglesa y una nominación al Óscar en la categoría de Mejor Guión Original. En ella se narra la historia de Isak Borg (Victor Sjöström), médico retirado, que realiza un viaje por Suecia para recibir el doctorado honoris causa por parte de su alma mater.
Schwartz señaló que esta road movie espiritual y psicológica refleja cómo la vejez se une con la sabiduría. El protagonista de 77 años, después de haber tenido un sueño que la académica señaló como “bastante buñueleano”, emprende el viaje en coche en compañía de su nuera Marianne, quien lo acusa de ser un hombre egoísta que sólo piensa en sí mismo. Durante el viaje, como es característico en las películas de este género, Isak atravesará por diversos episodios —como el recuerdo de su amor de juventud Sarah— y conocerá a personas —como los jóvenes a quienes recoge en la carretera— que provocarán su transformación. El protagonista pasará de ser un viejo intratable, una especie de lobo estepario, a ser un hombre más generoso.
Así, Bergman trata temas como la fragilidad de los sentimientos, las relaciones entre marido y mujer, el inconsciente, la juventud, la tristeza, la existencia de Dios, la brevedad del instante y la ambigüedad de la condición humana, recordándonos que el amor es el mayor lazo de arraigo que el hombre posee.
Además, Perla Schwartz mencionó la relevancia que esta cinta ha tenido para distintos cineastas. Ha influido en artistas como Stanley Kubrick, quien la consideraba como la segunda mejor película de la historia del cine, Woody Allen, e inclusive para Andrei Tarkovsky, sobre todo en su cinta El Sacrificio, donde los personajes están en constante introspección.
Al final el público participó en una sesión de preguntas y respuestas en la que la ponente invitó a la audiencia, y en especial a los jóvenes, a acercarse a la obra de este pilar de la cinematografía, señalando que éste entiende como ningún otro la complejidad de la condición humana.