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En la Fenal de este año, mi cita obligada era una muy sorpresiva y que deseaba experimentar de corazón: la visita de Fernanda Solórzano, una de las mejores representantes de la crítica de cine en el país.
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La imagen de Fernanda Solórzano es contrastante, porque no recuerdo muchas mujeres que se dediquen enteramente a la crítica de cine per se. Las televisoras o medios de comunicación ven a las mujeres como posible candidata de dos cosas: cubrir el clima, o cubrir espectáculos, es muy raro de que terminen con una mujer que hable del cine con la misma pasión que no debiera ser de género… pero pasa.
Y así, Fernanda se ha dado paso en el medio de comunicación que uno pueda pensar: radio, televisión, revistas, periódicos, podcast… tiene la distinción de también ser una de las primeras en adoptar de manera formal el formato del videoblog que deriva de Letraslibres, muy cuando la vieja escuela de crítica de cine ve estas tecnologías como peligrosas y que alimentan a personas incultas.
Pero no es el caso de Fernanda, que SIEMPRE, semana con semana, ofrece un contenido que enamora, porque está en Youtube, porque está en español, y porque lo ofrece una persona sin cortes inesperados, o palabras altisonantes.
Su investigación fílmica siempre da un tono personal y me sorprende ver que la Fenal haya decidido traerla, sobre todo por la escasa labor de crítico de cine en el estado, algo que de inmediato tomé como cita obligada, porque es una inspiración y porque tenía una pregunta que como ustedes me conocen… sabrán cuál es.
Cabe resaltar que llegué a tiempo, y la mayor sorpresa que tuve, es que había sala llena, de gente de todas las edades y de varios medios de comunicación que deberían tomar más de un consejo de la siempre fascinante Fernanda.
Algo Importante de los ensayos de Fernanda, es que nos meten a la cocina. No sólo conocemos la película, conocemos el contexto político, sociológico y cultural, como la violencia de “Naranja Mecánica” (Stanley Kubrick, 1971), el asunto de la sexualidad en “El último tango a París” (Bernardo Bertolucci, 1972) o la cultura italoamericana de “El padrino”(Francis Ford Coppola, 1972) nos da una disección muy completa, pero algo importante que me llamó la atención es sobre “El último tango a París”, lo que relatas es sobre si era arte o pornografía, y que se toma como un bastión de la lucha feminista, o en el caso de “El padrino”, cómo es esta función de director y obra, ahora a sabiendas de que surgen tantas cosas mediáticas como lo de Roman Polanski o Woody Allen por decir algunos
Tocas un tema del que podríamos hablar horas enteras y no llegaríamos a conclusión alguna: la división entre el artista y lo que produce ¿Son lo mismo? ¿Son separados? Y es una cuestión fascinante, porque no tiene una respuesta definitiva. Por un lado, estas películas… todas las películas… pero en específico las que fueron realizadas por autores que defienden un punto de vista, se regían en el sistema de los productores, que cocinan una película y esto lo pueden ver en todos los países, un productor que ve una película que puede vender y le asigna papeles no sólo a los actores, sino a todo el equipo de producción. Yo me refiero a los directores y guionistas que pelean por una visión. Quería abordar lo que refleja sobre la persona que las hizo, una especie de búsqueda… yo les digo demonios, muchas veces lo que escribimos o los actores, son intentos de dialogar con esos demonios, por ejemplo con Scorsese que siempre regresa a esos temas, creo que es imposible sustraer al autor de su obra.
Tomando a Coppola con el padrino: él tenía claro de que quería hacer una película taquillera, sim embargo a la hora de tomar decisiones estaba en contra de lo que era rentable de acuerdo a los productores, como por ejemplo la iluminación que era atonal a todo lo que se proponía en ese entonces con una iluminación invasiva, esas decisiones alteraron la forma de hacer cine hasta ahora. El padrino se distingue de todas las películas de gangsters porque, bueno, el cine de este género existe desde que existe el mismo cine y en un principio se le presentaba con historias de advertencia; era una trampa porque la vida del criminal era emocionante y ciertamente algo que el público quería vivir, y los productores se defendían de la censura advirtiendo que esto no se debía hacer, incluso la primera gran película del género, El Enemigo Público (William A. Wellman, 1931), desde el título nos habla de un personaje indeseable. Nos divertíamos por la asociación pero eran ridículos porque no quedaban bien a la sociedad, con trajes que demostraban su deseo de brillar en ella más no buen gusto, eran burla. Cuando llegan los Corleone al cine llega con ello la primera gran familia del cine, porque más allá de la labor criminal como familia mantienen un código de cercanía impecable. Don Corleone era una persona más elegante que muchos políticos de la época de su estreno. Coppola llevó adoptó el concepto de familia, porque sus películas son álbumes familiares en donde su propia familia estaba en el rodaje, eso es poner tu propia vida aunque no seas consciente.
¿En qué medida sí es válido distinguir al autor de la obra? en la medida en la que a veces el autor ni es consciente, la obra tendrá vida propia y si la vamos a juzgar creo que es por esa lógica, porque si nos ponemos a hacer exámenes sobre la vida íntegra de autores en el mundo, creo que eliminaríamos a casi todos. Es un tema con el que he tenido discusiones con gente que me dice “hay que dejar de ver películas de tal persona” pero la verdad es que no podemos negar sus enseñanzas, ya ocupan lugar de aprendizaje y tenemos que poner en balanza que tanta autoridad moral tenemos para juzgar a estas personas: lo que nos interesan son las obras, a menos de que la vida ilumine un aspecto de su obra pero no para juzgarla, con luz de evaluar.
E: Siempre permea, sea cualquier cine de autor este permea y hay que juzgarlo a menos de que su vida privada impacte junto con la obra…
…Un ejemplo: este año se cumple el centenario del nacimiento de Ingmar Bergman, entonces bajo este nuevo revisionismo, Bergman se casó 5 veces porque engañaba a la esposa en turno con la siguiente esposa y a la vez las protagonistas de sus filmes eran sus amantes y las tenía trabajando en mucha exigencia en donde ellas no sentían otra finalidad que a la de servir a Bergman: no es una persona ejemplar y ¿Vamos a borrar a Bergman y su obra? Sobre todo porque su obra es considero yo una mirada honda y completa de la mente femenina. Yo no sé si sus relaciones dieron ese nivel de profundidad, pero la mayoría de las historias de Bergman tienen mujeres protagónicas, se le acusaba de ser padre ausente, de 9 y hay una película que no había visto hasta hace poco llamada El umbral de la vida (1958), sobre tres mujeres que llegan a la sala de maternidad, y cada una tiene una historia: una tuvo un aborto fallido, otra espera un hijo pero quiere postergar la concepción y la otra tiene dudas sobre si quiere ser madre. Estos eran los cincuentas, ver a una mujer hablando de los temores a la maternidad era demasiado adelantado a su época… regresando a lo que preguntabas: es un autor conflictivo pero no hubo queja de las mujeres como actrices y las películas son siempre un agradecimiento de temas que se ponían a la mesa cuando nadie más lo hacía.
El libro tiene más ensayos de varias películas, decías en una entrevista que el de Forrest Gump (Robert Zemeckis, 1994) era el que más placer te causó escribir, también me llama la atención el texto de “El exorcista” (William Friedkin, 1974), película que todavía da escozor entre muchos, y en donde dices que los demonios nos habitan por dentro porque los exorcismos son diarios ¿Cuáles son tus demonios?
No estamos exentos de las dudas que nos acompañan en cada etapa de la vida; cuando estudie letras era porque quería leer, no porque quería escribir, yo quería seguir leyendo y esto en un punto se combinó con el cine. Los demonios son diarios… siempre dices “si estoy haciendo lo correcto”, para un autor ver quién leerá su libro es muy importante porque es una actividad enloquecedora porque habitas en un mundo irreal, y sales de este para ver el caos del país y el cómo nos sentimos y dices “¿no estoy cayendo en una frivolidad terrible?”. Piensas qué puedes aportar, yo siempre me lo pregunto con la crisis de violencia que tenemos, pienso en qué debo de hacer y si lo que hago es lo mejor que puedo hacer, las películas nos ayudan encontrar si no soluciones situaciones paralelas para que las observemos. A veces los documentales que para mí son el género que se hace mejor en México es muy confrontativo pero nos hace ver el privilegio de ver la violencia y de adoptar una postura al salir. Por eso ver cine, hablar de cine y pensar sobre cine es importante y me da mucha tristeza saber que los primeros fomentos que desaparecen en política son los de cultura, y los requerimos demasiado para sanar el tejido social.
Preguntas y respuestas:
Hola Fernanda, te agradezco porque soy un aficionado a la literatura y el cine y muchas gracias porque por ti es mucho más fácil comprender conceptos y temas, mi duda es si hubo una película que te hizo salir con otra perspectiva otra persona.
Muchas gracias, qué difícil pregunta me haces. Las películas que más me gustan son las que cambian todo lo que creía de cine, por eso no es que esté en contra del cine comercial, después de todo es algo tramposo porque a veces el objetivo no es el mismo, pero este puede ser muy formulaico. Me aburren porque confirman su propósito, son películas cómodas porque no te cuestionan. Me gusta no que reten, sino que me hagan habitar el punto de vista alterno y poder verla de otra manera, seguramente cuando esté en mi hotel te pueda decir “ahh esta era la película” pero por el momento no me surgen títulos a la cabeza. Las películas que vi en mi adolescencia eran dramas, las que siempre programaban en las muestras, Fellini, Bergman y Fassbinder, y lejos de asustarme me eran maravillas por los problemas que se hablaban ahí y no en mi familia, las familias mexicanas son muy cerradas en estos asuntos y yo veía estos temas que me hacían sentir que demostraban que se valía hablar de esas cosas, y te lo digo porque fue en una mentalidad adolescente en donde no te sientes a gusto con ningún grupo, y estas películas me hacían sentir que no había problema en ello.
Muchas gracias por venir, eres una inspiración para los que nos queremos dedicar a la crítica de cine, y precisamente a eso va mi pregunta. En el estado de Guanajuato hay muy pocos espacios para la crítica de cine tanto en medios de comunicación tradicionales e independientes, lo ven como algo inútil, ¿Cómo podemos proliferar estos espacios? ¿Cómo hacerles entender a la gente que es importante hablar de cine, desnudarse frente a su lector y la importancia de la película?
Gracias a ti por venir, mira esto de que la crítica no sirve es en todos lados, sobre todo pasa y la gente se puede enojar si no emites un juicio de estrellitas o si omites la decisión del “debe ir a verla”. Existía esto incluso en la época de los medios impresos y estos materiales poco a poco se fueron maleando en las secciones de espectáculos, donde al final era más importante la foto que la opinión cultural, luego tienes a gente asegurada en prensa que no hace mucho: es algo corrupto en todo sentido.
También está el caso de las distribuidoras que le dan al periodista la oportunidad de entrevistar a tal actor, y vienen los llamados press junkets de tres días con todo pagado: hay que resistirse a ese juego de las distribuidoras, al hacerlo publicas menos pero prefiero eso, porque las casas productoras por alguna razón piensan que trabajas para ellos. Yo solo tengo compromiso: con quien me lee, ni siguiera con las revistas en donde público, no busco que me digan qué debo publicar y sólo tengo el compromiso de escribir a tiempo. Resiste el llamado de los espacios de trampa, ahora por mucho que nosotros de los que escribimos en medios impresos tengamos miedo, los medios modernos abren más puertas, antes esta labor sólo era para gente que llevaba años en la edición, ahora que hay redes sociales es más difícil competir pero de ahí viene tu trabajo, si lo haces bien encuentras a tus lectores y haces diferencias sobre ciertas películas, a las que tú ayudas con mejor difusión, las que no tienen publicidad como Avengers, si haces el cambio en una persona que pregunta por cierta película en su local de confianza tu labor ya está realizada. Es como Amat Escalante, que ganó en Cannes y lo tratan como poca cosa, no lo es, y ganó por una película que fue premiada por Spielberg, Spielberg nunca haría una película como Heli, pero Spielberg es una persona con el don de saber de las historias que quiere y puede contar. Es director y Guanajuatense e incomoda al sector tradicional pero hay que dar una batalla para estas películas y personas que valen la pena, hay que interesar a los públicos, es nuestra única arma aunque suene una muy Quijotesca, cuando haces lo que te piden no te sientes a gusto y eso te roba la energía, diferencia total a cuando realizas algo que te alimenta.
Buenas tardes Fernanda, ¿Cuándo decidiste hacer el cambio de tele a escribir de cine? Y ¿Estarías dispuesta a hacer un libro sobre cine mexicano?
Yo nunca pensé hacer televisión ni radio, yo sólo quería escribir, también el hecho de escribir de cine fue algo muy casual. Estudie literatura y desde mi último semestre trabajaba en “Viceversa”, fue de las primeras revistas que mezclaban alta cultura y cultura popular, se intentaban combinar lenguajes cuando nadie más hacía eso en el país, la revista coincidía con un segmento literario llamado “Sábado” del periódico “Uno más uno”, uno de los mejores en la historia del periodismo cultural en México, Un día una colega mía me mencionó que la columna de cine se presentaba libre, así que llevé mi texto y se publicó, llevé 4 años en “Sábado” y a partir de entonces escribía en diferentes medios. Yo ahí conocí a Pablo Boullosa porque era colaborador de “Viceversa” y tiempo después se dio la constelación de participar en medios culturales, pero es raro estar en tele, no es mi medio y aunque lo disfruto porque no hay que desaprovechar la oportunidad de obtener nuevos públicos, es muy exigente, porque todo tiene que ser rápido y sobre la coyuntura y todo el tiempo tienes que estar sonriendo. Recuerdo cuando en la universidad se abrió la carrera de comunicación pero era extraña la oferta porque eran muy específicas las reglas sobre hacer tele y eso se notaba, pero es un reflejo de la carrera y los que salen. Un ejemplo: en la ibero di un taller de escritura y se metieron de la carrera de comunicación con aspiración a trabajar en tele, el proyecto final era hacer un suplemento cultural basado en los que debían investigar al leer, el tema era narrativa mexicana, y al final me preguntaban qué eran suplementos culturales y en qué periódicos aparecían, me quedaba perpleja porque ellos querían hacer tele pero qué van a hacer si no sabes qué comunicar, se puede hacer pero hasta donde te va a llevar tal situación.
Del cine mexicano… no sé cuándo pueda hacerlo, este último libro fue de hace 8 años, no continuos, más bien en pausa; de seguir en la misma línea sería complicado, porque son películas que marcan generaciones, a menos de que hables de la época de oro, hablar de los devaneos modernos… no sé…. Debería germinar la idea.
Yo también al igual que el señor, te veía en la tele, y es un gusto verte en vivo. Mi pregunta es ¿en algún momento te hubiese gustado hacer cine…
No (risas).
…¿Qué tipo de cine nos daría Fernanda? Sé que tienes una predilección por el cine de horror, algo que no entiendo pero bueno… (risas)… ¿Qué nos darías?
Gracias, siempre surge la pregunta porque dicen que los críticos somos directores frustrados, pero no tendría la capacidad para dirigir una película. No tengo el carácter para hacerlo, porque se requieren de muchas atenciones de las que soy negada, producción planeación, además de dar una visión, tienen que ver con temperamentos,
Los escritores somos más introvertidos, solitarios, yo siempre fui así, yo leía o veía cine o escribía y me abrumaba coordinar situaciones, incluso en revistas, esto de juntas y de ideas y presionar, me da pena presionar a la gente, lo hice pero no por mucho. Además dirigir requiere de un ejercicio de dictadura (risas), si se cumpliera la intención de otras personas el proyecto nomás no se logra, yo no tengo esa voluntad, si hiciera algo sería un guión pero quizás.
Te diré por qué me gusta el cine de horror, me gusta porque más allá de los excesos que pueda tener, hay un rango desde lo sutil hasta el gore, en estos excesos se hablan de cosas reales, y nos permiten ver monstruos sin realmente enfrentar monstruos de verdad, en metáforas al final de todo. Y por otra parte está el aspecto sobrenatural que me interesa y me parece melancólico, en que si tú crees que hay un más allá. Que para las películas del género es inquietante pero sí tú le das esa dimensión de que hay algo que no termina aquí, el cine de horror es como una religión pero no te exige la devoción de la religión, no te exige el ascetismo, ves la vida en una dimensión que no es esta, esta idea la robé de William Peter Blatty, el escritor de “El exorcista”, él quería ser sacerdote, como muchos directores en este libro, cada quién saque sus conclusiones (risas) él quería escribir una novela sobre el caso del exorcismo porque al momento en el que la gente se planteara la existencia del Diablo, de inmediato estaría asimilada la de Dios, para él era una novela que invitaba a creer en dios pero para Friedkin eso le daba flojera, además de que es judío, y su dios es más grave, si existen los dos debe ser un combate más serio. Y James Wan dijo algo similar hace poco, él tiene una de las mejores películas de horror de este siglo, que es “La noche del demonio”, es de esta escuela clásica del horror, la última parte que a nadie le gustó a mí me gustó mucho porque hablaba del reencuentro de la vidente con personas de su infancia y con las que debía solucionar cosas, en fin eso me atrae del cine sobrenatural y pues porque es muy divertido (risas).
Hola Fernanda, disfruto mucho tus opiniones en todas tus plataformas, son dos preguntas: ¿Consideras mermada la experiencia cinematográfica? lo pregunto porque lo veo en mi generación y sobre el documental, si debe de ser objetivo y de si el realizador debe involucrarse con sus personajes.
La experiencia del cine es lo que preocupa a muchas personas, está la discusión de Cannes y Netflix, que tiene la nueva de Cuarón y el documental sobre Welles, hay un pleito muy coyuntural, y tengo sentimientos encontrados, porque claro, quién va a negar que la experiencia de cine no es lo mejor, pero por otro lado la distribución es desigual, si no se compran para un país o se terminan por ponen en el peor día de la sala de cine, entonces entre no ver la película o verla en tu sala… hay quien dice que no, que es mejor verla en grande. Es subjetivo pero creo que las plataformas permiten que llegue cine a donde queramos cuando queramos, es parte de la experiencia del siglo 21, y existe la pregunta del por qué deberíamos seguir asistiendo a la sala de cine y tienen razón, lo que creo que es muy complicado y se disfraza como argumento estético sobre de que el cine no debe de verse en una pantalla pequeña es que en realidad los productores tienen miedo de perder a la gente si estrenaran una película en simultáneo y por eso es que dicen no, y una película que se estrenó hace dos años llega a plataformas streaming y hay gente que no tiene paciencia y de ahí surge la piratería, deben de entender que hay gente que seguirá viendo cine en salas de cine, o en pantallas de celular o dentro de sus casas porque quieren verlo ya porque si tú lees de la mejor película del mundo pero no llega a tu país que haces… la consigues.
Es frustrante y creo que los productores deben entender cómo conservar a sus consumidores, es una pelea económica en donde perdemos todos, además el cine no va a desaparecer como forma de experimentar el cine, son distintas y quien quiera hacerlo va a seguir haciéndolo, y yo sería hipócrita si te dijera que rechazo las plataformas, en la CDMX ir al cine es tráfico, asistir a una plaza comercial, el olor a las palomitas y la gente, todo eso te deja pensando porque la experiencia de ir al cine si fuese tan pura no habría problema pero llegas y hay 20 celulares y te pones de un humor que dices la hubiera visto en una pantalla chica, hay que analizar lo que significa ir al cine ¿Una experiencia idealizada la cual ya no existe? O que a veces no se ve una película por que no se vende el mercado, pueden coexistir pero ahora es la pelea.
Del documental, es un género increíble y me duele mucho ver que hay malas concepciones sobre el documental, se relaciona como algo aburrido o reportaje educativo, creo que puede tener tanta originalidad como el cine de ficción, nuestro país tiene grandes documentalistas pero pues no… si el cine de ficción sufre, más el documental. Una película como “La libertad del diablo” estuvo en una sala y hay que pelearla, sobre su objetividad, no creo que pueda serlo, al momento de elegir un tema, del posicionamiento de la cámara, de la estructura no hay objetividad, no hay objetividad en nada, incluso en la crítica porque estamos contando algo pero eso da lugar a dinámicas interesantes que plantean la pregunta dentro del mismo documental, el error es regodearse como personaje dentro del documental, Hace poco vi “El viaje de Adriana” sobre una chica chilena que descubre que si tía era parte del gabinete de Pinochet y ahora está exiliada en Australia, y de pronto descubre que su tía no estaba arrepentida durante estas conversaciones, de que fueron los mejores años de su vida y de pronto la chica reacciona, el documental evoluciona ahora del cómo maneja su crisis en donde su familia niega una realidad, el tema se convierte en ella misma y es interesante, da tiempo para explorar mucho más.
Ibargüengoitia decía sobre los críticos de teatro que lo único que tienen que hacer es decir si es buena, o mala o si van a andar por las ramas, este ejercicio de crítica es más de ensayo, y para esto está la reciente herramienta de la relación entre ensayista y el realizador ¿Cómo estableces esta relación sobre todo en México?
Es una relación complicada porque, implica necesariamente convivir con alguien que va a realizar algo de lo que vas a opinar y si se mezclan las cosas es inevitable. En México siendo más pequeño el círculo de labor, los que escribimos los conocemos incluso antes de que hagan cine, es muy delgada la línea de que alguien pueda tomar mal lo que digas, y es inevitable el roce porque además se mezclan afinidades y empatías y cuando menos te das cuenta sientes que no debes lastimar a una persona. A mí por ejemplo no me gusta ir a una fiesta de películas porque lo primero que te preguntan es si te gustó la película. Evidentemente si el realizador está dispuesto a entrar en diálogo es coco. Hace poco presenté el libro en el palacio de minería y quería llevar a un director, me costó trabajo pensar en quién podría ser el indicado y al final invité a Carlos Reygadas, y me decían que por qué Reygadas, que no tiene nada que ver con el cine del que escribes, pero Carlos Reygadas es de las pocas personas… de los pocos directores que tú puedes escribir algo nada favorable y para él significa tener un diálogo contigo a futuro, he escrito sobre sus películas de manera desfavorables y eso nunca ha impedido de que tenga una relación de entrevista y aprecio fílmico, entiendo que un realizador pueda tomarlo mal, porque yo lo veo como con mi libro, de que no quiero enterarme de que lo destrocen. Hacer cine es hacer algo de uno mismo, en resumen es imposible dejar de convivir, pero hay que estar conscientes de que si queremos hacer las cosas bien, a veces vamos a tomar pasos atrás.
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