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Ayúdame a pasar la noche
Dirección: José Ramón Chávez
Selección Oficial México
La Escala Richter dice: “Algo malo tiene que pasar”. Seguro todos hemos dicho eso al ver una película, en particular una que trata del aislamiento de una familia y que la trama tiene que encontrar una manera de unir a cada miembro de aquella. Pasamos un tiempo con estos personajes, vemos sus conflictos y los errores que cada uno comete y en lo que vamos viendo lo que se va desarrollando en escena, el espectador no puede dejar de pensar que, eventualmente, algo malo tendrá que pasar. Pero, ¿qué? Existen espectadores que detestan la predictibilidad en el cine, pero cuando los personajes son interesantes, el mundo en el que viven entretenido y la historia viene con uno que otro momento conmovedor, ser predecible no es un obstáculo a disfrutar lo que uno ve en escena. Para empezar, es un respiro ver una película mexicana independiente que tiene un ritmo ligero. No que la historia sea ligera, pero el ritmo no se siente denso, cosa que es rara hoy en día en el cine independiente mexicano y se le agradece a José Ramón Chávez que crea un mundo en el que, a pesar de que los personajes en escena no son lo más agradables, el público se la pasa bien con ellos.
Rodrigo (Hernán Mendoza) es un padre de familia que está harto de su esposa Patricia (Elena de Haro), una apostadora compulsiva que ha pasado demasiado tiempo en los casinos y eso ha causado muchos problemas en la familia, incluyendo haber apostado la colegiatura de su hijo menor Carlos (Luis Amaya). En un fin de semana, Rodrigo cambia las cerraduras en su casa y decide transformar su mundo en uno en el que no pueda entrar su esposa, con ayuda de un joven empleado de una hamburguesería (Armando Espitia) con el que entabla amistad. Patricia usa a su hijo mayor Luis (Diego Calva) para entrar a la casa, mientras que Luis tiene que lidiar con su prometida que parece ya no querer casarse con él. Carlos, por su parte, pasa todo el día tratando de comprar algo a través de una página estilo Amazon. La cinta brinca de un personaje a otro y la guionista Claudia Saint-Luce (escritora/directora de Los Insólitos Peces Gato, de mis películas mexicanas favoritas de los últimos años) cuida mucho los detalles en sus personajes, asegurándose que cada uno sea una persona congruente y que sus acciones empaten con el tono de la historia.
A pesar que es una historia que busca conmover de cierta forma, el tono es comedia negra. La guionista y el director trabajan muy bien en conjunto para crear estos momentos en los que el público no sabrá si reírse o llorar (o ambos a la vez), incluyendo un gag final que tiene tanta preparación que cuando llega, el público se queda sin saber cómo reaccionar. Una película como ésta requiere que los elementos formales no llamen mucho la atención, pero todo desde el arte, al vestuario, a la edición, todo está tan meticulosamente construido para crear el ritmo que busca la película (en comedia la edición es clave, aquí a cargo de Pedro Gómez) y vestir este mundo contemporáneo que a la vez se siente muy único, como si solamente estos personajes podrían existir en él. Y por supuesto, cabe mencionar a un excelente reparto que aquí aprovecha la oportunidad de otorgar actuaciones más estilizadas, como de una clásica obra fársica, mezclándolo con emociones genuinas que logran algo muy conmovedor (Hernán Mendoza y Elena de Haro manejan esos tonos como los expertos que son). En una tradición reciente de cine en la que muchos realizadores buscan retratar alguna realidad desgarradora, no hay que olvidar todos los elementos que se requieren para hacer un trabajo meticuloso que arman el melodrama que nos recuerda lo que nos encanta del cine.
Ayúdame a pasar la noche se proyectará hoy, a las 14:00 hrs, en el Teatro Juárez en Guanajuato Capital.
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Tormentero
Dirección: Rubén Imaz
Selección Oficial México
La Escala Richter dice: Hace muchos años, Don Rome (Juan Carlos Ruiz) encontró petróleo y generó empleo para muchos, pero destrozó la economía del pueblo pesquero en el que reside. Ahora vive sus días, que podrían ser sus últimos, aislado del resto del pueblo. Solamente interactúa con Yolanda (Mónica Jiménez), Chacho (Gabino Rodríguez) y Ariel (Gabino Rodríguez, la película nunca deja claro si son la misma persona o si son gemelos, ya que nunca aparecen juntos), que podrían ser sus hijos, pero la película nunca lo deja claro. De hecho es posible que ni siquiera estén vivos. Bueno, esa es una cosa que hay que saber de esta película… no tiene ningún interés en su trama. Simplemente nos retrata unos cuantos días en el mundo aislado de este viejo que alguna vez fue un héroe para la industria petrolera, pero que ahora los únicos que lo recuerdan (por el simple hecho de que nunca dejó su pueblo), son aquellos pescadores que perjudicó con este encuentro.
Rubén Imaz trajo Epitafio al GIFF el año pasado. Esa película, como ésta, se ocupó más en explorar atmósfera y sentimiento que personaje y trama, cosa que resulta molesto para aquellos que van al cine con el propósito de que le cuenten una historia, pero presenta un reto interesante para aquel que esté dispuesto a ver algo diferente. Donde la película brilla es en su lenguaje visual, trabajando con el fotógrafo Gerardo Barroso (de Extraño pero Verdadero, que por cierto fue coescrita por Rubén Imaz, algo que no había mencionado en esa crítica), las imágenes que encuentran a Don Rome en su hábitat natural, bebiendo en el pórtico de su casa (hecha de madera), en bares en el pueblo, caminando junto al mar, todo esto junto con un excepcional diseño de sonido que meten al espectador a ese ambiente sin muchas distracciones, todo esto aporta a que la experiencia sea cautivadora. Los momentos en que la trama tiene que intervenir de alguna manera es cuando no se siente tan satisfactorio (mostrando la falta de interés que tiene Imaz por darle una narrativa a lo que está presentando).
Imaz le apuesta a un cierto misticismo, a la idea que hay algo más allá de la historia que está contando que podrían ser las alucinaciones de un hombre aislado, o algo más siniestro que viene a este pueblo (las imágenes finales pintan una historia que solamente las entendemos si las analizamos y es la secuencia más memorable de una película que a momentos peca de ser monótona). La secuencia final es una que se presenta sin mucho contexto y sin mucha idea si lo que estamos viendo es real (y dado que incluye a un personaje que despierta las mismas clases de preguntas, es posible que sea algo surreal). La única escena que nos ofrece alguna clase de explicación es una en la que Don Rome es visitado por un encuestador y esa escena nos deja claro que estamos tratando con un hombre que hace mucho ha perdido algo de su cordura, haciendo de estas imágenes algo sugestivo, algo que posiblemente sean las alucinaciones de alguien en busca de un lugar en el que pueda volver a tener dignidad.
Tormentero se proyectará hoy, a las 16:00 hrs, en el Teatro Juárez en Guanajuato Capital.
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