System Crasher
Selección Oficial Largometraje Internacional
Dir. Nora Fingscheidt
La Escala Richter dice: ¿Habrá algún lugar en nuestra sociedad para Benni (Helena Zengel)? ¿Tenemos algún sistema que pueda acomodar a una niña con las características de esta niña que resulta un problema para cualquiera que se topa con ella? Benni tiene 9 años, es impulsiva, hiperactiva y muy agresiva cuando no obtiene lo que quiere en el momento que lo quiere. Es por ello por lo que ha brincado de hogar a hogar y de institución a institución donde, no importa lo que intenten con ella, terminan expulsándola. Ella lo que más quiere es regresar a casa con su mamá Bianca (Lisa Hagmeister), pero ella le tiene miedo a su propia y además teme que sus dos hijos menores terminen tan problemáticos como ella. La agente asignada a su caso, la Sra. Bafané (Gabriela Maria Schmeide), ha contratado a Micha (Albrecht Schuch), un terapeuta de manejo de enojo para ser su acompañante escolar para que vigile a la niña, cosa que parece funcionar por una temporada. Benni conecta con el modo más directo y agresivo de Micha, pero cuando este se da cuenta que la niña se está encariñando demasiado con él y él con ella, temiendo las consecuencias de haber perdido la objetividad, se va alejando, cosa que muestra las fallas en este sistema que supuestamente está cuidando a esta niña y a muchos como ella.
Esta cinta no es fácil de ver. Cualquiera que ya se desespere con los niños bajo circunstancias normales (que sean muy ruidosos en un parque o que se la pasen jugando), Benni les va a resultar un reto enorme. Aunque encuentra sus momentos tiernos, Helena Zengel nunca suaviza lo peligrosa que es esta niña, ni lo energética y grosera que es. Hace cosas que a todos nos enseñan que nunca debemos hacer (como tirar platos de la mesa para subirse a bailar sobre ella, o mear en la puerta de un salón), y las hace de una manera tan casual como si no supiera que está rompiendo alguna regla (o si lo sabe, no le importa). La estructura de la película también es un reto, ya que, en vez de seguir un arco dramático, explora como diferentes adultos están teniendo éxito con esta niña en diferentes momentos, solamente para que algo suceda que deshaga cualquier cosa que se haya logrado y vuelva a ser el dolor de cabeza con la que hemos pasado este tiempo. El bloque más exitoso es en el segundo acto cuando Micha decide llevarse a Benni a una cabaña sin electricidad por unas semanas para ver qué tal aguanta estar alejada de todo. Aquí es donde vemos cómo se desarrolla la mancuerna de estos dos personajes.
La directora Nora Fingscheidt maneja una explosión de energía y de colores (vistiendo a Benni de colores que resaltan tanto que se sienten agresivos, frecuentemente de amarillo) que nos muestra el punto de vista de esta niña que constantemente pelea con todos los adultos, pero dichos adultos se sienten como personajes complejos y bien intencionados que la mayoría del tiempo se frustran por no poder ayudar a esta niña (en particular la Sra. Bafané, y Gabriela Maria Schmeide destaca en una escena que es de los pocos momentos que vemos que Benni, a pesar de todo, tiene buen corazón). Es una historia que propone muchas preguntas acerca del sistema que se encarga de niños como estos y al final no ofrece una respuesta sobre la mayoría de ellas (e incluso dejará a varios en el público con ese miedo a tener un hijo como ella, o incluso a encontrarse un niño como ella), pero en un mundo en el que se supone que deberíamos cuidarnos todos entre todos, son cuestiones que merecen ser exploradas.
Cuando Cierro los Ojos
Selección Oficial Documental México
Dir. Sergio Blanco y Michelle Ibaven
La Escala Richter dice: Hay películas que hacen algo tan importante que se siente inútil hacerles una crítica, ya que lo hacen va más allá de cómo funciona su lenguaje cinematográfico y la estructura que utiliza para contar la historia. El cine puede ser utilizado como un vehículo para hacer conocer una injusticia y transmitir un problema que ignoramos aquellos que no pertenecemos a ciertas comunidades y clases sociales, aunque pertenezcamos al país donde suceden. El cineasta español Sergio Blanco y la cineasta mexicana Michelle Ibaven nos traen un documental en el que nos presentan las historias de Adela García y Marcelino Mejía, un hombre y una mujer de diferentes pueblos en Oaxaca con antecedentes de vida diferentes y que incluso hablan idiomas diferentes (ella habla mazoteco, él habla mixteco), pero que tienen algo en común que los hace los protagonistas de este documental. Ambos fueron acusados falsamente por homicidio, ambos fueron sentenciados, ninguno de los dos habla español y a ambos se les negó un intérprete durante el proceso de juicio, cosa que los dejó sin saber qué se estaba diciendo y qué decisiones se estaban tomando sobre sus vidas.
A pesar de tratarse de estas dos personas, al no tener imágenes del proceso que puedan mostrar, los cineastas deciden destacar esta injusticia de una forma muy ingeniosa. Nos enseñan imágenes de los lugares de los que vienen estas dos personas, de todo lo que les ha sido arrebatado al ser sentenciados. Imágenes de la naturaleza y del campo donde trabajaban, con sonidos muy vivos y resaltando esa belleza en lo que escuchamos las voces de Adela y de Marcelino, cada hablando su idioma, y con el recurso de subtítulos que permiten que el público entienda lo que están diciendo. En contraste a lo que estamos viendo a lo largo de la hora que dura este documental, lo que nos están contando es horrífico, en particular la tortura que describe Marcelino cuando los agentes del gobierno trataban de sacarle una confesión que solamente dio porque no aguantaba el dolor (y con el poco español que entendía) y Adela hablando de cómo su cuñado, a quién estaba acusada por asesinar, la estaba acosando en su propia casa. Gracias a ese contraste entre lo que estamos viendo y lo que, en nuestro caso, leemos, la injusticia de estas historias resalta.
El 80% de los presos indígenas fueron negados un intérprete en su juicio. Sea cuál sea la razón por la que se les niega, el derecho a entender las decisiones que toma un juez ante tu propia vida es algo fundamental. Es lo que te otorga la posibilidad de defenderte, de explicar tu lado de la historia y de pelear contra cualquier injusticia. El negarle a alguien un intérprete lo deja a uno completamente indefenso y eso convierte al sistema legal en un abuso. Vivimos en un país lleno de riquezas naturales, de lugares que todo el mundo quisiera visitar, pero también es un país gobernado por una corrupción que tiende a manchar su reputación ante el mundo, e incluso ante aquellos que viven en él. Este es solamente uno de los problemas que hay en este país, y eso es porque este es solamente uno de muchos documentales que buscan señalar un problema de nuestro sistema judicial en México. Cada uno de ellos es importante, y algo que se debe promover y apoyar.