La Voz del Silencio
Selección Oficial Documental Mexicano
Dir. Jorge Uruchurtu
La Escala Richter dice: El 19 de septiembre del 2017, como cada año en el aniversario del sismo del 85, hubo un simulacro de sismos en toda la Ciudad de México por ahí de las 11:00 de la mañana. Estos simulacros ya son una tradición y como sucede cada año, algunos los tratan con respeto y otros muestran su apatía y los ignoran. Lo que nadie pudo ignorar es lo que sucedió dos horas después ese mismo día. Un terremoto de magnitud 7.1 en la Escala Richter (sí, la ironía de mencionar esa escala en una de estas críticas no se nos escapa) sacudió la Ciudad de México y varios poblados en los estados vecinos, una vez más uniendo a la población en solidaridad y esta vez con el uso de las redes sociales, movilizando a la población para rescatar gente de los escombros de edificios caídos y juntar provisiones necesarias para la gente damnificada por este evento. Este documental producido por Cultura Colectiva y dirigido por Jorge Uruchurtu (quien antes de fungía como productor musical) nos muestra lo que sucedió ese día y la respuesta de la gente y de las autoridades desde diferentes puntos de vista, manteniendo el punto de vista de que la gente se movilizó y demostró la solidaridad que podía, mientras que las autoridades al parecer no han aprendido nada del ’85 para acá.
El estilo del documental es de “talking heads”, donde se entrevista a diferentes personas y cada quién da su punto de vista del tema del documental en lo que nos muestran imágenes que apoyan lo que cada uno dice. Entre los entrevistados está Sergio Beltrán-García, un joven arquitecto que creó una guía para que la gente sepa a dónde ir a ayudar a un damnificado, Daniel Moreno, director de Animal Político, uno de los medios que más se enfocó en difundir lo que sucedió después del terremoto, Rob Heredia, un rescatista que cuenta sus experiencias al sacar personas de los escombros, resaltando sus nombres y describiendo el verlos salir de los escombros como si estuviera viendo que vuelven a nacer, la antropóloga social Olivia Domínguez describe sus experiencias con aquellos que iban a los pueblos de Oaxaca a ayudar, entre otros. En el ínterin nos enseñan imágenes de la Ciudad de México vistas desde el cielo, mirando a toda la gente caminar, o videos que algunos grabaron con sus celulares de rescates, o de edificios que se cayeron o de protestas en la ciudad, incluso algunas imágenes que muestran a las autoridades en sus momentos menos productivos. Puede que el punto de vista sea parcial, pero es un documental que tiene algo muy específico que decir acerca de México como país y los mexicanos como sociedad, y de los maravillosos que podemos ser en momentos de crisis, hasta que pasa esa crisis.
Uruchurtu junta estos testimonios y estas imágenes para crear un documento que detalle las experiencias de ese día y que proyecta lo que significa vivir en este momento, con la tecnología que tenemos, los conocimientos que tenemos pero que no siempre aprovechamos y con las autoridades que supuestamente nos mantienen seguros. Es uno de esos documentales que uno podría ver en 20 o 30 años y tener una idea de lo que fue vivir en la Ciudad de México a finales de los 2010’s (como sea que se desarrollen las cosas en nuestro país en los próximos años). Los que vivieron en México durante estos días reconocerán lo que ven en este documental y por ende, quedará como un documento de lo que fue para todos nosotros.
Midnight Family
Selección Oficial Documental Mexicano
Dir. Luke Lorentzen
La Escala Richter dice: México como país tiene muchas carencias, y para cada carencia surge algo para combatirla y para aportar a una ciudadanía que la necesita. Una de esas carencias es un servicio gubernamental de ambulancias suficiente para toda la población. Como hay muy pocas ambulancias gubernamentales en la Ciudad de México, existen algunas ambulancias privadas que buscan heridos en ciertas zonas de la ciudad para llevarlos al hospital (aunque en este caso, alguien les tiene que pagar, ya sea el hospital al que los llevan o el seguro de la persona a la que trataron). Este documental nos muestra a la familia Ochoa, el padre Fernando, el hijo Juan, y el hijo menor Josué que siempre va con ellos en la ambulancia. Ellos recogen gente herida, los atienden, buscan el mejor hospital que puedan (o uno que ellos puedan pagar) y luego tienen que lidiar con la cuestión de que alguien les tiene que pagar, así como el hecho de que existen al margen de la ley y están constantemente al pendiente de policías que buscan detenerlos o extorsionarlos, así como otras ambulancias que hacen lo mismo que ellos y que podrían robarles su clientela, pero a pesar de aquello, esta familia sigue con su labor y ayudan a los que puedan ayudar.
El cineasta Luke Lorentzen (quien ha pasado su carrera documentando el día a día de la gente en diferentes ámbitos que son de cierta forma extraordinarios) no hace el clásico documental en el que graba entrevistas de nuestros protagonistas y los edita con escenas que nos muestran su día a día. Esta cinta se cuenta exclusivamente a través de las interacciones de nuestros protagonistas, casi todo de noche con el alumbramiento natural que tienen las locaciones, con la cámara fija en un lugar que pueda capturar la escena, o siguiendo a nuestros personajes para capturar sus conversaciones. Uno de los momentos más desgarradores sucede temprano en la película cuando la familia Ochoa encuentra a una adolescente con la nariz rota chorreando de sangre, aterrada de que le van a cobrar a su mamá que no tiene dinero y que una vez que la examinan, pide un abrazo para que la hagan sentir mejor. Esta interacción está llena de detalles muy contundentes (tanto que uno se podría preguntar si fue escrito, aunque confiamos que no lo fue), como Fernando mostrándole a esta chica (que se llama Andrea) donde está poniendo su bolso para que vea que no le va a robar nada (cosa que acentúa la inseguridad del país y lo consciente que está Fernando de eso), o Juan hablándole a la mamá de Andrea, asegurándose que esté lo más calmada posible.
Luke Lorentzen, quien también fotografía y edita la cinta, mantiene una estética muy casual para que el público sienta que está ahí con los personajes, viviendo estos momentos, sintiendo la adrenalina en lo que salvan la vida de alguien y la frustración cuando la policía intenta detenerlos o cuando alguien no les paga. Vemos este mismo ritmo en su casa cuando están preparándose para trabajar y el padre le dice al hijo Josué que no puede estar en la ambulancia si no va a la escuela (Josué ofrece unos momentos de “comic relief” con sus observaciones de lo que sucede). Este documental es un ejemplo de cómo uno no tiene que inventar gente para capturar momentos dramáticos, conmovedores, e incluso cómicos. Estos son momentos que uno puede encontrar en la vida real y que solamente necesitan de alguien que sepa cómo capturarlos.