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Ponyo y el Secreto de la Sirenita
Muestra Especial: Japón
Dir. Hayao Miyazaki
Ponyo y el Secreto de la Sirenita se proyectó en Cinemex Plaza La Luciérnaga el Sábado 23 de Julio, pero la pueden encontrar entre la Colección de Miyazaki en DVD…
La Escala Richter dice: Ninguna celebración de la animación, o más bien del cine japonés está completa sin mencionar al Maestro Hayao Miyazaki. Conocido por sus mundos surreales, sus personajes detallados y su espíritu ecológico, Miyazaki ha maravillado al mundo con películas como Mi Vecino Totoro, El Viaje de Chihiro, El Maravilloso Castillo Vagabundo y muchos otros títulos que se han vuelto joyas para cinéfilos. Por eso en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato no podía faltar un título del Maestro y en esta ocasión el título es Ponyo, que es básicamente Miyazaki dándole su propio gira a la historia de La Sirenita. En este caso, la sirenita es una niña pez dorado, hija de la Diosa de la Piedad y de un hombre misterioso que en algún momento fue humano, pero ahora vive en un submarino y busca cómo proteger el mal de su antigua especie que ahora odia (aquí es donde sale lo ecológico del Maestro) y su príncipe es Soske, un niño de 5 años que vive con su mamá en una montaña junto al mar. Soske encuentra a nuestra protagonista atrapada en un frasco dentro del mar, la rescata y la bautiza como Ponyo. Desde entonces, Ponyo es devota a él y cuando su padre trata de mantenerla alejada de él, ella utilizará sus poderes para convertirse en niña humana y alcanzarlo, sin importar que cause una inundación.
Es interesante que escogieron esta película, ya que fue con esta que Miyazaki abandonó las computadoras por completo después de sentirse desilusionado con la animación y extrañar el proceso de dibujar cada cuadro de su película. Él mismo ilustró el agua, el elemento más impresionante, ya que Miyazaki encuentra siempre nuevas maneras de caracterizar el agua. Cada color resalta y aunque la animación en los personajes no es tan detallado como en las películas que hizo inmediatamente antes de estas, es la opción adecuada para la historia que está contando. Como lo sabrán sus fans, Ponyo es de las cintas más “infantiles” del director y salió en un periodo en el que ya existía El Viaje de Chihiro y El Castillo Vagabundo (que cuentan historias más “sofisticadas”), pero para ser una fábula para niños, es impresionante la profundidad que le inyecta Miyazaki a la historia y a personajes que tienden a no ser tan interesantes en películas para niños.
Esto es principalmente cierto de Lisa, la mamá de Soske, una mujer molesta que su marido pasa tanto tiempo trabajando como capitán de barco y dejándola sola junto al mar, pero comprometida a su trabajo en el asilo de ancianos. Es una historia sin villanos y eso sí causa unos problemas con la narrativa, ya que hay un conflicto externo muy claro, pero al final parece que todos los personajes están tratando de alcanzar la misma meta (lo más cercano a un antagónico es Fujimoto, el papá de Ponyo, que al tener las mismas ideas ecológicas que Miyazaki no puede ser un “villano” como tal). Miyazaki ha dicho que no sabía como terminar la película y en ese tercer acto se nota, pero todo lo que viene antes es tan encantador, los personajes tan bien logrados y la animación impresionante (las primeras imágenes, cuando vemos el submarino bajo el mar y todos los detalles de vida submarina, cautivan de inmediato) y como primera probada a lo que ofrece Miyazaki (en especial considerando que es para niños y se puede usar para lo que los niños conozcan al Maestro) es difícil encontrar una mejor opción.
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Los Siete Samuráis
Muestra Especial – Japón
Dir. Akira Kurosawa
SMA | Martes 26 | 20:00 hrs | Bellas Artes
GTO | Viernes 29 | 12:00 hrs | Sala Euquerio Guerrero
La Escala Richter dice: Si le pide uno a cualquier cinéfilo que nombre un cineasta japonés, sin importar qué tan sumergido dicho cinéfilo esté en el cine japonés, lo más probable es que la mayoría (si no es que todos) podrán nombrar a Akira Kurosawa. Sin duda de los nombres más reconocidos en el cine de aquel tierra nipona (si no es que el más reconocido), aparte de ser un exponente de la cultura de su país, incluyendo los códigos sociales de feudalismo, la técnica en las artes marciales y los códigos de honor entre los guerreros, era un historiador de primera. Las historias que contaba cautivaban y hasta rompían barreras de lo que uno puede hacer con una historia (seguro todos recuerdan lo que hizo con Rashomon). Porque una celebración de Japón no está completa sin un título de este gran Maestro, el Festival Internacional de Cine de Guanajuato trae una de sus cintas más épicas y aclamadas: Los siete samuráis. Lo impresionante de esta cinta es que aunque sea de una tierra tan lejana, en ella se pueden reconocer las características de un western (es más, fue la inspiración para el clásico western The Magnificent Seven) aún estando tan sumergida en la cultura de su propia tierra.
La trama de la película es fácil de resumir: una aldea fue saqueada por bandidos y la tienen en la mira para saquearla una vez más después de su cochecha. Desesperados y guíados por Gisaku, el sabio de la aldea, los campesino buscan contratar guerreros samurái para protegerlos, pero tendrían que ser guerreros que acepten que no les paguen más que tres comidas al día por el tiempo que estén en la aldea, pero al final logran juntar a siete guerreros, entre ellos Kambei, un viejo guerrero al que ven rescatando a un niño, y su discípulo Katsushiro, el más joven de los siete. Uno pensará que una historia como esta no da para una cinta que dura 200 minutos (eso es 3 horas con 20 minutos), pero uno de los grandes atributos de un Maestro como Kurosawa es la paciencia, su habilidad de dejar que su historia respire y permitir el tiempo para que cada uno de sus personajes cause una impresión y conecte con el público. Además que estos son siete guerreros que no se conocían y armar ese vínculo de confianza toma su tiempo.
Detrás de la cámara, Kurosawa mantiene su estilo más teatral, con actuaciones estilizadas y encuadres que dejan mucho espacio para que nos demos una idea del panorama, cosa que para las audiencias de hoy puede sentirse falso (recuerden que esta película salió a mediados de los años 50), pero que pasa la prueba del tiempo. Los personajes son muchos, pero es impresionante como cada uno encuentra su manera de destacar (Kikuchiyo, un hombre que aceptan como uno de los samurái a pesar de que nadie está seguro si está haciendo pasar por samurái, es de los más memorables) y hay una historia de amor como sub-trama que sirve para exponer los códigos de moral en el Japón de entonces, en especial cuando tiene que ver con el sexo (un tema que en ese entonces se trata con mucha delicadeza). Todo esto suma a que 60 años después y con muchas imitaciones y películas que se han inspirado en esta fórmula (¿recuerdan Bichos: Una Aventura en Miniatura de Pixar? Un ejemplo que utiliza la formula de manera acertada) esta siga siendo una de las mejores experiencias cinematográficas que uno pueda tener.
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