VIKTOR JAKOVLESKI
Un director en busca de la luz y la belleza del peligro
Obsesionado con películas como Back To The Future y Terminator, Viktor descubrió su pasión por el cine desde que era un niño. Este director nacido en 1983 en Berlín, grababa en cassettes VHS películas que pasaban en la tele al volver de la escuela, para después verlas una y otra, y otra vez. The Usual Suspects de Bryan Singer, Pi de Darren Aronofsky y Night on Earth de Jim Jarmusch, fueron tres de las películas que Viktor conoció a temprana edad, hechizándolo para siempre.
Después de haber sido conductor de producción a los 18 años en los sets de Hollywood en Berlín y de estudiar cine después, Viktor Jakovleski conoció a Benh Zeitlin en 2005 y comenzó a colaborar con él y su colectivo de cine independiente, Court 13 y ahora nos presenta su largometraje Brimstone & Glory, un documental que retrata la belleza del Festival Pirotécnico Nacional de Tultepec, México. Una película llena de luz y locura, en donde castillos y toros se calcinan en coloridas explosiones y la cámara lleva al espectador directo al centro del caos. Un homenaje a la gente y los pirotécnicos de Tultepec, que trabajan su arte con amor y una pasión ilimitada y que arriesgan sus vidas diariamente para dar pólvora y gloria a todo México, porque, como dice Viktor, “a todos nos gustan los fuegos artificiales- especialmente en México”.
ENTREVISTA
¿Cómo fue que decidiste hacer una película en Tultepec?
Empezó en Berlín cuando alguien casualmente me contó sobre Tultepec en una fiesta. Era un artista que había estado ahí y me habló de los castillos y la quema de los toros y la psicodelia y yo no podía creer lo que decía porque sonaba demasiado loco. Después me mostró unas fotografías que tomó y cuando las vi, estaba aturdido e inmediatamente obsesionado; mi curiosidad se exaltaba. Todo era demasiado hermoso y peligroso al mismo tiempo, nada que hubiera visto antes. Supe en ese momento que necesitaba viajar a Tultepec y descubrir qué pasaba ahí y si existía una película potencial por hacerse. Esto fue antes de venir a México por primera vez, así que enseguida empecé a investigar y comencé a leer a Octavio Paz. Entendí la mentalidad sobre la cultura mexicana y la importancia de sus tradiciones, especialmente con El laberinto de la soledad. Aprendí cómo la gente usa la “fiesta” inconscientemente para balancear sus vidas y como éste es un elemento esencial en el estilo de vida mexicano. Quería encontrar una forma de traer esta hermosa gran fiesta Mexicana en Tultepec a la gran pantalla.
¿Cómo fue tu acercamiento con la Asociación Pirotécnica de San Juan de Dios? ¿Cómo te trataron?
Fueron extremadamente abiertos. En Tultepec están acostumbrados a que la gente no se interese mucho en ellos y en sus tradiciones, únicamente en las noticias negativas cuando ocurren accidentes. Incluso mi equipo de filmación, todos son de la Ciudad de México, a tan sólo una hora y conocían muy poco sobre el lugar o su festival.
Cuando la gente de Tultepec supo que yo venía desde Alemania específicamente porque estaba muy interesado en sus tradiciones e historias, les pareció increíble la idea de que hiciera una película acerca de ellos. Fueron extremadamente generosos y nos ayudaron todo el tiempo. Entendieron enseguida que quería hacer algo realmente especial y nos trataron muy bien. Filmar esta película fue una hermosa y transformativa experiencia.
¿Qué piensas de la pirotecnia como una fuente de ingresos tan fuerte en Tultepec?
Es una pregunta muy difícil. Reconozco que es algo muy peligroso y no es lindo, con todos los accidentes que pasan, pero al mismo tiempo, para cualquier fiesta en México se necesitan fuegos artificiales y Tultepec produce el 80% de los mismos de todo el país, lo que significa que la demanda es muy alta. Tultepec es una ciudad próspera y los fuegos artificiales alimentan a la gente, así que es esencial para ellos. Arriesgan sus vidas para que el resto de México la pase bien y me enamoré de esa idea. Tienen una relación muy especial con la pólvora, ellos dicen que ésta tiene alma y es importante respetarla y no tenerle miedo. Al estar rodeado de toneladas de carga, donde apenas una chispa es suficiente para hacerla explotar, parecen monjes budistas mientras hacen los fuegos artificiales, totalmente en paz. La actitud del riesgo, la vida y la muerte, fue increíble para mi y me cambió como persona. Reconozco el peligro de esta industria pero es necesario. Algunos pirotécnicos dicen que prefieren morir haciendo fuegos artificiales a que alguien les dispare en las calles o los atropelle.
¿Cuál fue la mayor dificultad que encontraste al hacer cine en México?
Para empezar, mi español no es perfecto, así que el lenguaje es muy importante. Afortunadamente mi equipo me ayudó mucho, especialmente mi equipo mexicano de producción quienes tradujeron por mí y me ayudaron a hacerle entender a la gente lo que yo quería.
Técnicamente, creo que lo más difícil fue filmar en una de las fiestas más salvajes en las que he estado, en medio de miles de fuegos artificiales explotando todo el tiempo. Nuestra meta era mostrar este visceral y extasiante elemento desde adentro, captando lo que se sentía estar en la quema de toros, para la cual, por supuesto, también necesitamos las precauciones de seguridad adecuadas.
Otro reto fue el hecho de filmar a gente real, no actores. Algunos de ellos ni siquiera tenían celular. Tienen trabajos normales o van a la escuela. Así que algunas veces simplemente no se les podía encontrar, pero eso también fue parte del encanto al hacer este documental.
En general, me encantaría pasar más tiempo en México y continuar haciendo películas aquí. Tengo dos páginas llenas de temas en los que quiero trabajar, ¡estoy totalmente enamorado de México!
¿Qué es lo más hermoso del cine?
Es un trabajo comunitario, un trabajo en equipo y dependes de otros. Trabajas con ellos, vives con ellos, te enfiestas con ellos. Amo eso. Amo trabajar con mis hermanos y amigos mexicanos. Nos adentramos a una aventura juntos y la magia comienza cuando estamos abiertos a esa experiencia. Caminar en Tultepec, conocer a la gente y el lugar, y beber Mezcal con ellos, eso lo que más disfruté al hacer este documental. Es una hermosa experiencia humana.
¿Qué puedes decirle a la gente que no ha visto tu película acerca de la Feria Nacional de la Pirotecnia en Tultepec?
Las hermosas tradiciones y filosofía de Tultepec no son muy conocidas, pero deben recibir reconocimiento. Lo que quería hacer con este film es darles el respeto y reconocimiento que se merecen, al no retratar la única imagen conocida por los medios (peligro, accidentes, etc.), sino enfocándome en la GLORIA, sin dejar de ignorar el peligro. Quería pintar una imagen de ambivalencia. Lo que creo que se acerca a la verdad. Brimstone básicamente es mi carta de amor a Tultepec.
La película no es un documental clásico. Nadie le habla a la cámara, no hay entrevistas donde se explica nada. Es en parte una reflexión cinemática abstracta de la belleza que observé cuando estuve ahí, llevando a la audiencia en medio del fuego.
¿Cuál será tu próximo proyecto?
Mi proyecto inmediato el cual ya empecé a filmar en Venezuela, es sobre El Relámpago del Catatumbo, un maravilloso fenómeno natural. Mi película es acerca de un artista amigo mío de Berlín y su gran aventura para entrar en la zona más expuesta para disparar cohetes dentro de las nubes de la tormenta, para capturar y domar el rayo, y convertirlo en arte. Es acerca de esto y naturaleza y tecnología y cómo éstas se conectan entre sí.
¿Crees que el cine tiene el poder de cambiar al mundo?
Absolutamente. En mi opinión, el cine es la forma de arte más efectiva y transformativa que tenemos. Puedes mostrar una perspectiva fuerte a la audiencia en 90 minutos, o más o menos, es el lugar perfecto para encender una idea e inspirar. No se puede cambiar al mundo en ese tiempo, pero puedes cambiar las conciencias de las personas e inspirarlos a cambiar su actitud. Ese es el poder del cine. Tienes a la gente ahí en sus sillas y eres dueño de su atención y puedes llevarlos a un viaje salvaje de inspiración y transformación.