En el decimocuarto El Salón de la Crítica, la crítica de cine Mariana Mijares eligió esta crítica de ‘Las horas contigo’ de Catalina Aguilar Mastretta para ser publicada.
Por Aaron Cabrera
La muerte es un hecho que carga consigo distintos complejos y comportamientos humanos. Crear un discurso alrededor de un tópico con tanto peso puede volverse caótico para cualquier realizador. Sin embargo, Catalina Aguilar Mastretta demuestra que la sinceridad es el método más efectivo para comprender a la muerte.
Las horas contigo cuenta la historia de Ema, una joven que recibe la noticia de que su abuela presenta una condición crítica de salud. En apenas tres minutos, un efectivo prefacio muestra la relevancia de esta noticia, mediante la presentación de las relaciones que guiarán la historia. La versión infantil de la protagonista observa, a través de una ventana, a su madre alejándose para trabajar. Una vez separadas, Ema encuentra protección en su abuela, una mujer cariñosa con quien ocupa el tiempo en jugar. Tras el anuncio, Ema y su madre ocupan las horas cuidando de la abuela durante sus últimos días, coincidiendo las tres en la casa que formó a Ema cunado era una niña.
Con muchas sutilezas, la protagonista no solo recuerda su infancia, sino que se aproxima a una conciliación consigo misma y la relación con su madre. Sin desplantes de efectos visuales, la directora logra que Ema transite entre su conciencia y su realidad, metiéndola en situaciones que son la manifestación de sus deseos y miedos frente a la inevitable despedida. La sencillez y cotidianeidad de estas situaciones, tratadas con un estilo próximo al realismo mágico, aquella corriente literaria que integra fantasía en descripciones objetivas, son los ingredientes justos para llevar a buen puerto un proyecto intimista y emotivo.
Las horas contigo es una película de técnicas sencillas. Una propuesta en donde las cuidadas actuaciones de Cassandra Ciangherotti, Isela Vega y María Rojo, son responsables de hacer caminar la historia, siempre con un estilo ligero que retrata de manera honesta el comportamiento del sector social de los personajes. Con dicha sinceridad, la película invita al espectador a buscar dentro de sus propias memorias, explotando de manera efectiva un conflicto universal.
El cine ha ofrecido una amplia colección de frases memorables para los personajes al momento de abandonar la vida. Frases que suelen ser reveladoras de secretos u otras complejidades necesarias para comprender el sentido de cada historia. Pero pocas veces, la vida de un personaje se concluye con una sola palabra llena de significado, debe haber una chispa de genialidad para que la última frase del personaje revele el secreto de la vida misma.
Aguilar Mastretta logra que, dentro de su frágil universo, la vida adquiriera sentido a través de la muerte mediante una sola palabra.