Estas son las críticas elegidas por el crítico invitado José Luis Ortega para el sexto El Salón de la Crítica del GIFF y sus autores estarán en El Taller de la Crítica.
Por: Clara Estefanía Hernández Valdez
En Belzebuth, la historia se centra en un agente quien se encuentra resolviendo un caso bastante particular: se trata de una serie de asesinatos de niños y atentados. Resulta extraña la forma en la que ocurren los eventos y desde el principio parece ser que todos los crímenes tienen relación con la muerte ocurrida cinco años antes del recién nacido hijo del protagonista.
Al enterarse el FBI de la primera masacre, decide intervenir con su equipo de investigación paranormal, ya que al parecer todo apunta a que el responsable es un sacerdote ya buscado antes.
Al principio inocentemente uno podría esperar una trama mucho más simple o mucho más habitual, con posesiones satánicas, demonios y exorcismos, sin embargo, si se mira con atención los detalles, uno se puede dar cuenta de que nada es como parece. Hablamos aquí de una película con mucho más trasfondo y que mientras más avanza más nos logra hacer profundizar en ciertos aspectos tales como la fe, las creencias y el miedo.
Resulta más evidente el terror psicológico pero realmente bien manejado puesto que no existen en sí jump scares, sino más bien que nos logra hacer sentir incómodos y con gran afán de descubrir la verdad de una vez en todo el filme. Ese toque de thriller hace única la sensación de suspenso que nos mantiene ahí, viendo, pero que a la vez provoca un extraño escalofrío y sensación de que algo malo va a pasar.
Algo que considero ayuda a aumentar la tensión, es que el ritmo es algo oscilatorio, de repente muy lento y de pronto se dispara, haciendo que tengamos grandes sustos, pero no de aquellos pequeños brincos de sorpresa, sino dejando una verdadera impresión en nosotros con cada suceso impactante.
Había detalles que parecían incoherentes, o cambios en el protagonista que de pronto sólo parecían ataques de pánico, pero pienso que fueron utilizados a propósito como un arma de doble filo, dando a entender que cualquiera es susceptible a esa clase de males, no tiene por qué haber tanta lógica hablando de lo paranormal, eso es precisamente lo que asusta, siento que llega a fusionar de una forma interesante el temor humano a la muerte, a lo desconocido, a las cosas que no entendemos con lo divino o lo sobre natural, haciéndonos ver que si en la vida terrenal no todo es blanco ni todo es negro, mucho menos en cosas o fuerzas que no entendemos, de cierta forma parece proponer la idea de que mientras más intentamos protegernos de algo y nos aferramos a ciertas emociones, al combinarlas con el miedo terminamos siendo mucho más susceptibles al mal sin darnos cuenta.