Una entretenida combinación de film noir, thriller político, cine de espías y comedia con un estilo muy mexicano.
Por: Jonathan Eslui
Dirige: Sebastián del Amo
Elenco: Damián Alcázar, Bárbara Mori, Eugenio Derbez, Xavier López “Chabelo”, Roberto Sosa
País: México
Año: 2019
Duración: 100 minutos
Era el año 1969 y en México se publicaba por primera vez El complot mongol, un libro con una historia tan original como peculiar que fue escrito por Rafael Bernal y al que se le considera el primer título de la “novela negra” en México. Aunque se ha re-editado en diversas ocasiones, además de que se ha adaptado al cine y como radionovela e incluso en novela gráfica, la obra literaria en cuestión no es tan conocida como debería serlo por su alta calidad y éste fue un muy buen pretexto para reinventarla en forma de una nueva película que cuenta con un elenco de lujo comandado por el director Sebastián del Amo, quien encontró la manera más adecuada de traducir en imágenes lo relatado en las páginas.
Con una trama que podría parecer algo descabellada para muchos, pero que resulta sumamente entretenida, El complot mongol se desarrolla en medio de una peligrosa conspiración de escala internacional que tiene lugar en las calles del entonces Distrito Federal y en la cual están involucrados rusos, estadounidenses, chinos y mexicanos como si se tratara del inicio de un buen chiste. Uno de los grandes aciertos de la cinta es que logra combinar de forma efectiva y creíble elementos propios del cine negro, el thriller político y hasta el cine de espías con esa comedia descarada que tanto caracteriza al cine mexicano.
La historia que vemos en esta ocasión tiene como protagonista a Filiberto García, un rudo detective mexicano que es conocido por sus métodos efectivos pero violentos a la hora de resolver un caso y a quien le llega una complicada investigación alrededor de un supuesto complot organizado por China en México para matar al presidente de Estados Unidos durante la década de los 60. Nuestro personaje principal deberá trabajar hombro con hombro con agentes extranjeros del FBI y la KGB para adentrarse juntos en el Barrio Chino de la capital mexicana.
Teniendo pocos escrúpulos a la hora de actuar y aprovechando tanto sus conexiones en los barrios bajos de la ciudad como su formación como asesino, García es el sujeto ideal para ayudar al gobierno mexicano a preservar la paz y evitar el caos que pudiera surgir por la muerte del mandatario estadounidense. Poco a poco, Filiberto irá descubriendo lo que sucede realmente alrededor de la intriga internacional de la cual ahora es parte, no puede confiar por completo en alguien y mientras averigua quienes son en realidad sus verdaderos aliados tendrá que encontrar la forma de confesarle su amor a Martita, una bella mujer china cuya sola presencia lo pone nervioso cual adolescente buscando hablarle a la guapa del salón.
El complot mongol es una buena adaptación cinematográfica en la que realmente se aprovecha el potencial de la novela en la que se basa y en la que también se aporta algo para darle un extra gracias al cual logra funcionar en la pantalla grande. La estética de la película encaja perfectamente con el film noir y lo mismo pasa con sus personajes que mantienen el estilo de aquellos que aparecían en las viejas producciones del mismo tipo. Se encontró la manera de hacer una cinta creíble que lograra cautivar, emocionar y hacer reír, sobre todo con las ocurrencias del Filiberto interpretado por un Damián Alcázar que nos regala uno de sus mejores personajes en su etapa más reciente como actor.
Además de Alcázar, la cinta sobresale por las aportaciones actorales a cargo de Bárbara Mori como el interés romántico del protagonista, Eugenio Derbez como un misterioso funcionario del gobierno, Xavier López “Chabelo” como un jefe militar que debe controlar a Filiberto y un magnífico Roberto Sosa como un abogado alcohólico que tiene algunas de las escenas más divertidas. Junto con las actuaciones, destacan también los esfuerzos hechos en el diseño de producción, maquillaje y vestuario para crear una atmósfera adecuada para la historia.
Sin duda, El complot mongol es una película que vale la pena ver y disfrutar en el cine, se van a divertir y pasarán un buen rato.