Una comedia negra hilarante con un toque de thriller que resulta ideal para quienes buscan ver algo diferente en la cartelera comercial.
Por: Jonathan Eslui @JonathanEslui
Título original: The Art of Self-Defense
Dirige: Riley Stearns
Elenco: Jesse Eisenberg, Alessandro Nivola, Imogen Poots
País: Estados Unidos
Año: 2019
Duración: 104 minutos
Son muchos los cineastas que lo largo de la historia del cine se han acercado en diversas formas a las artes marciales para contar historias que van más allá de ser solamente un mero producto de entretenimiento y esto es lo que pasa con El arte de defenderse (The Art of Self-Defense), el segundo largometraje de Riley Stearns, director al que conocimos con su ópera prima Faults. En esta ocasión, el también guionista desarrolla una intrigante trama sobre la masculinidad y la violencia cotidiana en los tiempos modernos usando como principal elemento un humor negro que resulta en todo un deleite.
La historia empieza mostrando la aburrida rutina diaria de Casey Davies (Jesse Eisenberg), un godín que la mayor parte del tiempo es raro y que es apartado por sus compañeros de trabajo, además de que es en esencia todo un cobarde, conducta que empeora a partir de que es atacado brutalmente por un grupo de motociclistas. El trauma causado por el ataque del cual fue víctima, motiva al protagonista a buscar cómo defenderse para que no le suceda lo mismo otra vez y en medio de esa búsqueda llega a un dojo de karate donde comienza a practicar artes marciales, algo que sin saberlo le cambiará la vida.
Aunque la trama de El arte de defenderse parezca bastante sencilla en primera instancia, en realidad la película es más que simplemente el viaje de un hombre que aprende más de sí mismo y del mundo gracias a la práctica de las artes marciales. De una forma parecida a cómo se muestra en El club de la pelea, en esta cinta se hace una crítica a la masculinidad junto con una burla de la misma tomando ciertos clichés de esos filmes que suelen contar con tipos rudos a los que parece no afectarles nada.
Poco a poco, la historia de un hombre que quiere ser más valiente y aprender a defenderse va transformándose en una suerte de thriller en el que los giros de tuerca llegan en los momentos menos esperados para darle un tomo completamente distinto a la película. También se hace un eficaz análisis a la violencia que se ha apoderado de las calles de muchas ciudades en el mundo y se cuenta con un par de escenas que resultan impactantes por su verdadero significado en la trama.
En resumen, El arte de defenderse comienza siendo una cinta y termina siendo otra, pero siempre mantiene la misma calidad gracias a un guion bien estructurado y a una dirección adecuada. Es una propuesta distinta en la cartelera comercial y vale la pena darle una oportunidad.