Una suerte de coming of age sobre la inocencia del primer amor en medio del inicio de una terrible guerra.
Por: Jonathan Eslui
Dirige: Oualid Mouaness
Elenco: Mohamad Dalli, Gia Madi, Nadine Labaki
País: Líbano
Estreno en cines: 26 de mayo
En una época en la que las miradas del mundo entero están puestas en el lamentable conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, resulta inevitable recordar otros hechos similares que se han dado a lo largo de la historia de la humanidad, marcándola de manera importante en diversos aspectos; uno de esos conflictos armados que se han quedado grabados en la memoria colectiva ha sido la invasión de Israel a Líbano que inició en el año 1982 y cambió las vidas de los libaneses, incluyendo a un joven Oualid Mouaness, quien al crecer se convirtió en cineasta y para su ópera prima decidió contar parte de los comienzos de una guerra que le afectó directamente, al igual que a muchas personas más de su país.
La historia que posteriormente se convertiría en el guion de su primera película, había estado rondando en la cabeza del realizador libanés durante mucho tiempo, pero fue hasta que platicó con alguien sobre dónde estaban cuando Israel invadió Líbano en 1982, que decidió hacerla. El director también notó que a pesar de tratarse de algo importante de contar, nadie había hecho en Líbano una cinta sobre ese momento histórico, evidentemente por ser algo muy polémico y porque separa mucho a las personas, pero él quería unir a la gente y generar un diálogo, por lo que siguió adelante hasta lograr concebir 1982: El año que cambió el Líbano.
Algo importante a destacar acerca de este filme es que en realidad no se trata de uno bélico, sí, se desarrolla en el contexto del inicio de una guerra y sí incluye algunos vistazos que dejan más que claro que sus personajes están en riesgo, cuando a lo lejos suenan explosiones de bombas o pasan vehículos militares cerca del lugar en el que se encuentran, entre otras escenas, pero todas estas, en cierta forma, quedan en segundo plano por aquellas en las que vemos a un niño de primaria que quiere comunicarle a una de sus compañeras lo que siente por ella, debatiendo consigo mismo si debe o no decirle y sintiendo ese cosquilleo que muchos hemos sentido al estar frente a una persona por la cual sentimos algo especial.
En 1982: El año que cambió el Líbano, el comienzo de una guerra sirve como fondo para el desarrollo de una historia sobre la inocencia del primer amor, los nervios de saber si uno será o no correspondido, el posible enojo con los amigos al no sentirse respaldado en lo que quiere expresar y una ligera ansiedad producto de pensar que si uno no dice lo que siente en ese momento, tal vez después sea demasiado tarde para decirlo. Lo que tenemos aquí es un efectivo coming of age con un estilo refrescante y una historia con la que cualquiera puede identificarse fácilmente.
Otro aspecto interesante de esta película es que mientras se desarrolla esa trama principal sobre el pequeño Wissam nervioso por confesarle sus sentimientos a su compañera Joanna, tenemos una segunda capa que avanza al mismo tiempo y nos deja ver lo que sucede con esos adultos que sí saben qué está pasando, y que no tienen claro cómo deben reaccionar a pesar de su aparente madurez.
Es interesante darse cuenta que de lo que realmente habla esta cinta es sobre el deseo humano muy arraigado de que no importa lo que esté pasando, los humanos tendemos naturalmente a querer refugiarnos en las cosas cotidianas, queremos seguir haciendo nuestras vidas normales porque es a través de nuestras vidas normales que pensamos que podemos pasar por encima de los periodos de crisis, la rutina nos hace sobrellevarlos y en este sentido el filme logra retratar a la gente que no participa en la guerra, ya que en la mayoría de las guerras gran parte de las personas normales no son quienes están peleando y terminan convirtiéndose en víctimas de los intereses de ciertos grupos divididos en bandos, que pelean entre ellos sin importarles el daño que causen.
1982: El año que cambió el Líbano es una buena opción en la cartelera, su historia es sencilla y directa, es una película entretenida que retrata las consecuencias de las guerras sin caer en situaciones gráficas innecesarias, ni en sensacionalismo. Es honesta y a pesar de su contexto desalentador logra inyectar un poco de esperanza en el espectador y cumple con la misión de su director de contarnos una cinta que une personas sin importar sus diferencias.