Después de una activa participación en la edición XVII del GIFF, el director y productor Roger Corman, quien presentó todas y cada una de sus películas durante el GIFF, impartió una conferencia magistral ante decenas de realizadores y medios nacionales que se congregaron en el Auditorio del Estado.
El prolífico cineasta habló sobre cada etapa de su carrera, y cómo fue que llegó dirigir unas 100 películas y producir otras 400. El incansable realizador es el mejor ejemplo de que no hay límites cuando se tratar de hacer cine. Centró su plática en motivar a los jóvenes a seguir creando películas y no dejarse vencer ante presupuestos limitados y dificultades a la hora de distribuirlas.
Después de hacer cine en la mayor parte de su vida cualquier consejo que Corman ofreciera a los asistentes sería oro puro. Por su ojos ha pasado la historia del cine y a lo largo de ese tiempo ha visto dos cambios importantes: (el primero) el movimiento de la película a lo digital, ahora es más fácil y menos caro hacer las películas en digital; y por otro lado, los cambios en equipo, iluminación, el equipo de audio y cámaras. Todas son más ligeras y más fáciles de portar, lo que hace todo más fácil y eficiente poder filmar”, explicó.
Y eso no es todo lo que ha cambiado. Tanto producir como distribuir cintas ahora es diferente. “La producción ha cambiado para bien pero la distribución ha cambiado para mal. En mis tiempos las películas tenían acceso a las distribuidoras. El cine independiente queda aislado y no puedes mantener a una empresa con películas independientes de acceso normal”.
Durante su carrera ha compartido el viaje por el séptimo arte con su esposa Julie, quien también produce pero con la que comparte un equipo humano de no más de diez personas. “Mi esposa produce por su cuenta y yo por la mía pero a veces trabajamos juntos”.
Respecto a la promoción de filmes, dijo que siempre es importante tener un buen póster, tráiler y publicidad en general. “Sobre todo si son independientes, de medio o bajo presupuesto. Hemos dedicado mucho tiempo y al personal creativo en el diseño del póster, el corte del tráiler y los anuncios de televisión”.
Nada ha detenido a Corman, ni las amenazas de muerte cuando filmó “The Intruder”, en la que abordó la discriminación racial en Estados Unidos en los 50 y 60. Y aunque sus presupuestos siempre fueron limitados, nunca tuvo límites para hacer vibrar a las personas hasta el filo de su butaca sin arriesgar calidad, y siempre los guiones fueron hechos pensando en los recursos que se tenían.
El cineasta habló del cine mexicano, dijo interesarle hacer coproducciones en este país, pues “el mercado de las películas mexicanas o películas en español está en incremento en EU. Las redes de televisión en idioma español crecen más rápido que las de inglés. Sería un placer poder trabajar en México”.
Habló también sobre el aumento de escuelas de cine, donde los jóvenes tienen el primer acercamiento a la realización de filmes; sobre las invitaciones que ha recibido para escribir un segundo libro y sobre el papel del cine en la actualidad como única forma artística de presentar historias de lo que pasa en el mundo.
“Me complace que mucho de lo que he hecho se reconozca pero mucho de ello también lo han hecho mis contemporáneos; simplemente soy parte del mundo cinematográfico. Espero que mis esfuerzos individuales se reconozcan pero definitivamente soy uno de tantos”, finalizó.
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