Por: Mr. Fahrenheit
El primer Salón de la Crítica presenta una de las dos críticas de la película mexicana Cadena perpetua, que eligió el crítico Carlos Gómez Iniesta. El autor participará próximamente El Taller de la Crítica.
Sinopsis
Copa mundial de futbol 1978, México vs Alemania, el ánimo y el malinchismo sobre un equipo de futbol que “juega como nunca y pierde como siempre” se vuelven la síntesis de la historia que nos cuenta el director Arturo Ripstein. Javier “El Tarzán” Lira (Pedro Armendáriz Jr.), ex carterista y proxeneta, se ve atrapado en las telarañas de un sistema judicial corrupto e impune. Luego de su última canallada “El Tarzán” es capturado y torturado por órdenes del Comandante Prieto (Narciso Busquets) quien sentencia a Javier Lira a su reformación en las Islas Marías. Javier sale adelante con ayuda de amigos, esfuerzos y confianza, se vuelve un caso de éxito del sistema penitenciario transformándose en un hombre de familia y trabajador que es alcanzado por las huellas del pasado de “El Tarzán” traídas al presente por el Comandante Prieto.
Lo de antes.
El director Arturo Ripstein, quien ya se había ganado el reconocimiento dentro de la industria con películas como El castillo de la pureza (1972) y El lugar sin límites (1977), en 1978 engendra Cadena perpetua, un filme negro que muestra un México desencantado con voces en off y una narrativa no lineal que nos permite entender el pasado, el presente y una última toma del rostro de Javier Lira nos muestra el futuro del mismo.
Apoyado por un guionista igual de prolifero, Vicente Leñero, quien con 45 años de experiencia como novelista y periodista logra plasmar en el guion de Cadena perpetua la esencia de la novela escrita una década previa por Luis Spota, Lo de antes.
Luis Spota, quien desde joven mostró ser un erudito periodista y gracias a una oportunidad se desarrolla como columnista en diferentes medios, da vida al Tarzán en su novela de 1968 Lo de antes, haciendo una crítica sociocultural mostrando la precariedad de un sistema judicial dañado por la corrupción.
Dentro de los personajes tenemos a Angélica Chaín interpretando a Rosa Martínez, una prostituta bajo las órdenes de “El Tarzán” que contextualiza perfectamente el ambiente donde se desarrolla la mitad de la historia, un lugar oscuro y sin futuro; Narciso Busquets como el Comandante Prieto, que refleja la depravación siempre presente en el entorno que transforma cualquier escenario en un espectáculo de impunidad, ya sea una calle oscura, la misma comandancia o un monumento que debería ser albergue para los necesitados de justicia; mientras que el Cabo Pantoja (Ernesto Gómez) es un faro de esperanza que se apaga debido a la traición de quien se consideraba un amigo y claro con sus respectivas consecuencias.
Las actuaciones, aunque en su mayoría son breves apariciones en cámara con personajes rápidamente arqueados, logramos simpatizar y observar las motivaciones de los actores que acompañan a Pedro Armendáriz Jr. quien busca desesperadamente una salida y debe tomar una decisión de entre lo correcto y lo necesario para sobrevivir en su nuevo estilo de vida en un país consumido por el cáncer de la corrupción.