Selección Oficial Largometraje México
Dir. Edgar Nito
La Escala Richter dice: ¿Por qué escogería alguien una vida que lo termina destruyendo? Típicamente, porque es la única opción que tiene en el momento, ya sea para sobrevivir o para salir adelante en un mundo que no ofrece muchas opciones. El mundo del crimen organizado es uno que puede dar grandes recompensas, pero también es uno en el que no hay vuelta atrás una vez que se comete un error. Esto es lo que descubre Lalo (Eduardo Banda), un chavo de 14 años que es trabajador, pero socialmente torpe. Lalo quiere impresionar a su Ana (Regina Reynoso), una compañera de su escuela que le gustan los iPhones. Lalo se toma esto como algo que tiene que comprar para conquistarla, pero necesita dinero para poder comprarlo. Cuando Rulo (Pedro Joaquín) le avisa de un trabajo como Huachicolero (alguien que roba gasolina para venderla a mejores precios) que le dará el dinero que necesita para conquistar a Ana, y además para ayudarle a su mamá (Myriam Bravo) y pagarle a Don Gil (Fernando Becerril), un viejo que le ha ofrecido trabajo en el pasado a quien le debe dinero. Este trabajo es el inicio de un camino que lleva a Lalo a la tragedia.
Edgar Nito es conocido como uno de los colaboradores de la antología de México Bárbaro, y su experiencia con el terror es notoria en su manejo del suspenso y en la crudeza que maneja en este mundo, pero también muestra su talento con la naturalidad. El guion que escribió Nito con Alfredo Mendoza les da a estos personajes tienen un ritmo muy particular en la manera en la que se hablen, ya sea los chicos en el patio de recreo o Lalo con Don Gil o hasta con su mamá (quien le habla de “usted” a su hijo, eso es algo que resalta mucho que probablemente es muy común de algunos lugares en Guanajuato). Esto le da una voz muy particular a la película, y se complementa con una trama en la que nada sale sobrando. Todo lleva a lo siguiente y logra que cada evento en la película, incluyendo ese final (que no arruinaré, excepto que probablemente a algunos espectadores le recordará a la escena final de una famosa novela del autor americano John Steinbeck) se sienta inevitable. Estéticamente, la cinta favorece muchos colores terrenales, resaltando la arena en el desierto en el que se encuentran y sobre todo el fuego que se vuelve un personaje en la historia.
Del elenco resalta el veterano actor Fernando Becerril, quien internaliza una complejidad muy sorprendente en un personaje que parece servir una función específica en la historia, pero que termina sirviendo otra. También el personaje de Ana es más complejo de lo que uno tiende a ver en películas como estas, ya que el director y la actriz la hacen más superficial de lo que uno esperaría de un personaje así y eso termina funcionando en su favor. Lalo por su lado cae más en el estereotipo del alma inocente que termina seducida por este mundo de crimen y riquezas, pero Eduardo Banda proyecta una torpeza que resulta entrañable, pero le da otro ritmo al personaje, algo que deja claro que Lalo no está muy conectado con el mundo a su alrededor y lo ayuda a mantener algo de esa inocencia con la que conocimos, aun cuando las cosas empiezan a salirse de control. Es una de esas cintas de las que luego es difícil hablar, porque lo que hace, lo hace de manera impecable, como si fuera el mejor ejemplo de la clase de película que es, aunque no se puede ignorar que el tema que trata en este momento de la historia de México es muy actual.
Monty Python and the Holy Grail
Muestra Especial Homenaje Internacional
Dir. Terry Gilliam
La Escala Richter dice: En Guanajuato se le rendirá homenaje al cineasta Terry Gilliam y se proyectará una selección de sus cintas, entre ellas su primera en la que fungió como director. Terry Gilliam fue miembro de un grupo de cómicos surrealistas ingleses conocido como Monty Python (los otros miembros eran Graham Chapman, John Cleese, Eric Idle, Terry Jones y Michael Palin), quienes tuvieron una serie de televisión llamada Monty Python’s Flying Circus y que posteriormente hicieron una varias películas que, como su serie, estaban compuestas de diferentes sketches con los que el grupo experimentaba con diferentes modos de humor que siempre se salía de alguna manera de lo que entonces era lo establecido. Monty Python and the Holy Grail fue la segunda de estas películas y la primera compuesta completamente de nuevo material (a diferencia de su primera que fueron puros sketches de su programa de televisión), y presenta al grupo creando su propia versión de la leyenda del Rey Arturo (interpretado por Graham Chapman) quien, junto a su sirviente Patsy (Terry Gilliam) y cuatro caballeros que va encontrando en el camino (interpretados por los demás miembros del grupo) viajan a Camelot para que Arturo pueda tomar su lugar como rey… hasta que llegan y deciden que es un lugar tonto y de repente les habla Dios (quien ya está harto de que todos los mortales se disculpen con él) y les dice que deben encontrar al Santo Grial.
Desde los créditos iniciales, uno sabe que esta no será la típica película de aventura medieval, ya que los créditos se presentan con unos subtítulos que parecen estar en sueco y que de repente empiezan a decir cosas que no tienen nada que ver con los créditos, seguido por una disculpa de los responsables diciendo que han despedido a los de los subtítulos, el primero de muchos chistes que vemos antes de conocer a nuestros actores. El humor se mantiene surreal, empezando por un chiste en el que vemos a nuestros personajes caminando como si estuvieron a caballo (pero sin caballo), o una ruptura de cuarta pared ingeniosa y cruel en la que vemos a un historiador narrar la historia del Rey Arturo, solamente para que los caballeros lo maten y que la esposa de este historiador llame a la policía (una trama que sucede paralela a la que vemos, aunque parece venir de otra época). Estas son las cosas que uno tiende a ver en Monty Python. Mucho del humor surge de ver cosas que no pertenecen en donde nos las muestran, incluyendo un caballero que sigue peleando a pesar de que ya le cortaron un brazo y una pierna, o un caballero conocido por su voto de castidad que entra a un castillo lleno de vírgenes que todas quieren… hacer algo al respecto (y que luego voltean al público a admitir que esto no tiene nada que ver con la trama).
Visualmente es una película muy creativa, aunque obviamente muy barata, cosa que ve en las batallas que deciden no enseñar y en lo falso que se ve todo a su alrededor, pero esto se siente como parte del estilo de este grupo. Utilizan su falta de recursos como parte del chiste, tanto que Gilliam resuelve algunas cosas con secuencias animadas (que son su especialidad en el programa de Flying Circus). Es una cinta que presenta un humor muy peculiar, muy inglés, y que nos da una idea de la clase de historias y de imaginación que veríamos más adelante en las cintas de este cineasta al que nunca le carecieron ideas para contar historias (y de ver a un grupo de actores que, hasta la fecha, nos siguen haciendo reír).