[vc_row][vc_column][vc_column_text]
Una atinada reinvención en live action de un clásico animado de Disney
Por Jonathan Eslui / @JonathanEslui[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=”1/2″][vc_single_image image=”21314″ img_size=”full” alignment=”center”][/vc_column][vc_column width=”1/2″][vc_column_text]Título original: Aladdin
Dirige: Guy Ritchie
Elenco: Will Smith, Mena Massoud, Naomi Scott, Marwan Kenzari
País: Estados Unidos
Duración: 128 minutos
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]
Desde hace unos años, la falta de creatividad en Hollywood nos ha traído una larga lista de remakes, reboots, crossovers, precuelas, secuelas y adaptaciones de diversas historias que ya han sido probadas previamente en otros medios. Entre los estrenos reciclados que han llegado desde entonces, encontramos lo que Disney ha hecho al reinventar algunos de sus clásicos animados con cintas live action como Alicia en el País de las Maravillas, Maléfica, Cenicienta, El libro de la selva, Alicia a través del espejo, La Bella y la Bestia, Christopher Robin y la todavía reciente Dumbo, a las cuales ahora les sigue Aladdín.
Al confirmarse el remake live action de Aladdín comenzaron a surgir ciertas dudas por el posible resultado final y éstas fueron creciendo. La elección de Guy Ritchie como director hizo que sonaran algunas alarmas, pues aunque su talento detrás de las cámaras está probado, su estilo no parecía ser adecuado para un producto con el sello Disney. Luego llegaron algunas quejas al saberse que Will Smith sería El Genio, teniendo el reto de superar o al menos igualar lo hecho por Robin Williams en el título animado original y las primeras imágenes de su apariencia no ayudaron. Pero esos temores eran infundados.
Esta vez la historia básicamente es la misma que se ha mantenido vigente desde el estreno de Aladdín en 1992, transportandonos nuevamente al majestuoso Agrabah, en cuyas calles vive un joven ladrón al que todos juzgan por su apariencia, pero que en realidad es un “diamante en bruto” destinado a tener una felicidad que ni él se imagina. Al igual que en la animación, el protagonista conoce a la princesa, se enamora de ella y descubre quién es realmente, acepta una proposición peligrosa para intentar convertirse en alguien más, las cosas no salen cómo deberían y el experto se convierte en amigo de alguien con quien llega la posibilidad de cumplir sus deseos.
La base de la nueva Aladdín es en esencia la de la original, pero lo que tenemos aquí no es una calca idéntica, sino una versión diferente con escenas nuevas que le dan a la trama un rumbo distinto al que esperaríamos. Además, los personajes principales fueron actualizados de tal forma que de inmediato atraerán la atención de una generación de niños que no son como los de inicios de los años 90, pero esto se ha hecho tan bien que aquellos niños que vieron la cinta animada y ahora son adultos redescubrirán una historia que ya conocen, sintiendo la misma emoción que sintieron y divirtiéndose igual.
Siguiendo con los personajes principales, con la excepción de un decepcionante Jafar (Marwan Kenzari) que carece de esa personalidad intimidante que posee el villano original, cada uno cumple perfectamente con una función específica en beneficio de la historia y sobre todo llama la atención lo hecho con una princesa Jasmín (Naomi Scott) que es presentada como una mujer empoderada que no necesita a un príncipe que la rescate, sino que quiere encontrar a un hombre que la ame por quien ella es. El Aladdín al que vemos en realidad no cambia mucho en comparación con el original pero sí fue renovado para entregarnos a un héroe real con defectos que pudiera lucir bien y el Genio de Will Smith termina siendo una de las mejores partes de la cinta gracias a la magnética personalidad que siempre ha caracterizado al actor, quien logra hacer suyo al emblemático personaje sin faltarle al respeto a su versión original.
Aladdín logra sobresalir, no se convertirá en un clásico pero sí entretiene bastante. La historia está bien estructurada y está adornada de manera efectiva por un diseño de producción que nos transporta al mágico lugar en el que sucede, un vestuario colorido que te hace poner atención en cada uno de sus detalles y números musicales que te invitan a bailar al igual que a cantar. En resumen, se encontró la mejor forma de darle vida a una cinta animada para que se sintiera muy real.
[/vc_column_text][vc_video link=”https://www.youtube.com/watch?v=1xouVEZ9lnU” align=”center”][/vc_column][/vc_row]