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Una entretenida comedia con un toque de drama sobre aprender a disfrutar la vida a pesar de las adversidades
Por Jonathan Eslui / @JonathanEslui[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=”1/2″][vc_single_image image=”21289″ img_size=”full” alignment=”center”][/vc_column][vc_column width=”1/2″][vc_column_text]Título original: Le Grand Bain
Dirige: Gilles Lellouche
Elenco: Mathieu Amalric, Guillaume Canet, Benoît Poelvoorde, Jean-Hugues Anglade, Virginie Efira, Leïla Bekhti
País: Francia
Duración: 122 minutos
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Dicen por ahí que “las penas con pan son buenas”, pero el cine nos ha enseñado que existen varias y diversas formas para intentar olvidarse de la depresión y los problemas que puedan presentarse en la vida cotidiana. Uno nunca sabe del todo cuál puede ser ese algo que realmente necesita y le permita estar bien; por ejemplo, en el caso de la cinta francesa Hombres al agua (Le Grand Bain), resulta que el remedio para la depresión de un grupo de hombres en plena crisis de la mediana edad está en el nado sincronizado.
A lo largo de los años, el cine francés nos ha regalado grandes películas de diferentes géneros y en ellas hemos encontrado historias sumamente interesantes con un toque único, tal como sucede ahora con Hombres al agua, que llega a los cines mexicanos a un año de haber formado parte de la Selección Oficial del prestigioso Festival de Cannes en su pasada edición.
La historia en turno inicia con Bertrand (Mathieu Amalric), un hombre con una profunda depresión que le impide ser funcional y que, en un intento desesperado por mejorar aunque sea un poco, se inscribe en un equipo varonil de nado sincronizado que está formado por un peculiar grupo de sujetos que también pasan por sus propias crisis personales y para quienes reunirse en esa alberca se convierte en un momento de catarsis sin importar que no tengan la más mínima idea de cómo practicar la disciplina deportiva de la cual forman parte.
Conforme avanza y se va desarrollando la trama, nos damos cuenta que lo que realmente importa para esos hombres deprimidos y preocupados no es tanto el practicar nado sincronizado, sino el hecho de poder interactuar con alguien que los entienda porque pasa por lo mismo que ellos y así los entrenamientos se convierten en el pretexto ideal para que los que están ahí puedan platicar sus problemas, expresar la desesperación o tristeza que sienten e incluso plantearse cómo podrían mejorar sus fracturadas vidas.
Un día, a los confundidos personajes se les presenta la oportunidad de representar a Francia en una competencia internacional de nado sincronizado y deciden que ha llegado el momento de tomarse esa práctica en serio para demostrar que a pesar de ser vistos por todos a su alrededor como solo una bola de perdedores, en realidad son capaces de lograr algo importante. Estando en plena crisis existencial, ¿cómo reaccionas ante la oportunidad de lograr algo imposible? Pues te esfuerzas por conseguirlo para probarte y probar a los demás que eres capaz de conseguir grandes cosas.
Hombres al agua presenta una situación inverosímil que termina convirtiéndose en una emotiva historia que lo mismo puede hacerte reír que conmoverte con las acciones de un grupo de hombres hundidos en la desesperación por las difíciles pruebas ante las que les ha puesto la vida. Se trata de una película que nos invita a sentirnos bien sin importar los problemas que se presenten y que nos enseña que soñar en lo imposible en algunas ocasiones puede ser la respuesta para reencontrarse a uno mismo e intentar ser feliz otra vez.
Vale mucho la pena darle una oportunidad a este título, sobre todo por sus espléndidas actuaciones, con las cuales se logra darle vida de una manera más que adecuada a personajes entrañables y sumamente humanos que están llenos de confusión, tristeza, frustración, desesperación, esperanzas y ganas de seguir adelante, a los que también les gusta divertirse y que como todos en este mundo quieren ser felices. Resulta imposible no identificarse con estos personajes y al ver todo por lo que pasan lo que más habrá entre los espectadores serán ganas de que a quienes ven en la pantalla consigan lo que quieren.
Lo que tenemos aquí es una de las mejores producciones cinematográficas francesas que se han hecho en mucho tiempo, una que es muy entretenida y que ofrece un escape a lo que ofrece actualmente la cartelera comercial.
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