[vc_row][vc_column][vc_column_text]
Alfonso Cuarón presenta su película más personal con una bien lograda historia sobre la traición y un retrato nostálgico del México de los años 70.
[/vc_column_text][vc_column_text]
Hay personas que nos cambian la vida y cuya influencia nos acompaña a lo largo de los años. Para Alfonso Cuarón, una de esas personas es su nana, Libo Rodríguez, quien lo inspiró en gran medida para darle forma a la historia de su más reciente largometraje, Roma. En esta ocasión, el director presenta un relato semi-autobiográfico en el que nos lleva por un capítulo de su infancia y a través del cual somos testigos de cómo, poco a poco, se va desmoronando la aparente vida perfecta de una familia de clase media del Distrito Federal de inicios de la década de los 70, al mismo tiempo que su trabajadora doméstica es traicionada y debe encontrar la manera de superar una situación complicada, de esas que te cambian y te hacen ver tu entorno de una manera diferente.
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=”1/2″][vc_single_image image=”21005″ img_size=”full” alignment=”center”][/vc_column][vc_column width=”1/2″][vc_column_text]
Cleo -interpretada maravillosamente y sin caer en exageraciones por una Yalitza Aparicio que se roba todos los aplausos- es una joven mujer mixteca que pasa sus días trabajando como empleada doméstica en la casa de una familia mexicana de clase media alta, su principal tarea es atender a los cuatro niños que viven en ese lugar, convirtiéndose en su madre sustituta debido a que los conoce muy bien y a que pasa una gran cantidad de tiempo con ellos. Los pequeños realmente quieren a su nana y la consideran parte de su familia, cada uno pasa momentos entrañables con ella y esa relación especial, sobre todo la que tiene con el más chico, es una que sin duda pondrá emotivos a muchos al recordarles su relación con esas mujeres -de su familia o sin un parentesco- que sin haberlos traído al mundo fueron madres para ellos e influyeron en lo que se convertirían en el futuro.
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]
La vida de Cleo se complica con la llegada y el posterior abandono de un hombre que traiciona su amor, dejándola en un momento importante. Al mismo tiempo, la protagonista observa desde su posición como su patrona pasa por una situación parecida, cuando su esposo también la traiciona. La cinta nos pone ante dos mujeres con orígenes, educación y clases sociales que son abismalmente diferentes, pero que comparten el rol de víctimas que se ven obligadas a seguir adelante con sus propios recursos en una sociedad que no era tan abierta como lo es actualmente y en la que, como se muestra en pantalla, ser hombre era más fácil que ser mujer. Aquí vemos a heroínas de la vida real, de esas que no usan capa, pero que sí lo dan todo por los suyos sin importar las adversidades.
Además de enaltecer justamente la figura de esas madres de crianza que a muchos nos han acompañado en nuestra vidas, en contraparte, la película muestra la figura del padre ausente, ese que sólo cumple con su rol de jefe de familia y proveedor sin pasar tanto tiempo como debería con sus hijos, ni con su esposa, ese que un día se harta de su rutina y deja todo atrás para seguir su propio camino, o ese que desde antes del nacimiento de sus hijos o hijas decide sin tener remordimiento alguno no estar. Esto es algo que también genera cierta sensación en quienes hayan pasado por algo así, causando que se pongan en el lugar de los personajes.
[/vc_column_text][vc_single_image image=”21006″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]
Entonces, Roma es una película con la que es fácil identificarse al ver las situaciones por las que pasan sus personajes, sí, pero eso no es todo, ya que también genera empatía al transportarnos de vuelta al DF de los años 70, una época de muchos cambios en México y con algunos momentos oscuros que marcaron la historia del país. La recreación que se hace de la ciudad y de la sociedad que la habitaba es demasiado fiel gracias a un trabajo perfecto en cada detalle, incluso el más mínimo, en los apartados de diseño de producción, vestuario y peinado, así como en la investigación hecha para capturar adecuadamente lo que pasaba y la esencia de la época.
Realmente vemos cómo se vestía la gente, cómo se peinaba, cómo eran las casas y las calles en las que se vivía, qué automóviles se usaban, cómo era un día de esparcimiento en las grandes salas de cine en las que se reunía gente de diversas clases sociales, cómo actuaba una parte de la población ante los problemas de los demás, el machismo y la misoginia que tristemente caracterizaban a buena parte de la nación, la relación y marcadas diferencias entre clases sociales, el papel de la mujer en la sociedad, cuáles eran los medios de entretenimiento de la ápoca, cómo se pensaba ante el momento político por el que se pasaba bajo el mandato del presidente Luis Echeverría, hasta dónde llegaba la impunidad del Gobierno y cómo operaba éste, y lo que podía pasarle a quienes se considerara alborotadores.
Vale la pena hacer una mención especial de la tan comentada secuencia de uno de los capítulos más infames en la historia de México, el llamado “Halconazo”, que llevó a muchos a pensar que éste sería el tema principal de la trama del filme antes de que se supieran más detalles del mismo. Ahora sabemos que la recreación de Matanza del Jueves de Corpus fue con el objetivo de presentar el trágico hecho como parte del contexto histórico de la cinta, además de que funciona para darle paso a uno de los momentos más importantes de la historia por lo que representa y por las consecuencias que llegan posteriormente. Al ver la matanza desde el punto de vista de Cuarón, uno queda con una sensación incómoda, de tristeza y de vergüenza al saber que cosas así han pasado, y lamentablemente siguen pasando -como ha pasado con el “Caso Ayotzinapa”-, en México.
Roma es una verdadera experiencia cinematográfica que resulta atrapante de principio a fin por su propuesta visual presentada en alta definición con un elegante blanco y negro en el que se nota la cuidadosa fotografía para retratar cada detalle, ese blanco y negro ayuda mucho a que uno se sienta en un viaje al pasado. Otro elemento técnico a destacar, y que complemente perfectamente a lo visual, es lo que se hace con el audio ya que cada sonido se escucha como si estuvieras ahí en el lugar en el que suceden las escenas, algo que se nota y disfruta más en una sala de cine.
Los bien trabajados aspectos visuales y sonoros, junto con la atinada recreación del México de los años 70, acompañan a una historia redonda con un buen ritmo, a pesar de ser un poco lenta en algunas partes, que no deja nada al aire y que no tiene momentos de relleno; todo lo que vemos, está ahí por una razón en beneficio de una historia que es de las mejores que nos ha dado el cine mexicano en toda su historia, tomando en cuenta todos sus elementos, ésta es una obra maestra en muchos sentidos. Alfonso Cuarón nos regala una de sus mejores películas, tal vez la mejor hasta ahora, y con su trabajo deja claro porque es uno de los mejores directores de su generación.
Netflix presenta una de las mejores películas de este año y una de las principales aspirantes a obtener reconocimientos importantes en la próxima temporada de premios a lo mejor de la cinematografía. Roma es una cinta que hay que ver con mucha atención, pues te deja pensando en diversas cosas e incluso te hace reflexionar, además de llevarte a una ciudad en una época que ya no existe.
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]