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Universal Studios dejó que Michael Cimino hiciera una película esperando gloriosas estatuillas doradas, causando una obra maestra sobre la violencia y los efectos de ella en nuestras vidas con excesos que marcaron el debacle de la libertad directoral de la década.
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9 de Abril de 1979: Johnny Carson está en la tutela de los premios número 51 de la Academia de Ciencias y Artes Fílmicas y está a punto de cerrar la ceremonia. Quedan dos premios: el de director, y el de película, presenta a Francis Ford Coppola y Ali Mcgraw para que otorguen el premio de mejor director, llegando con el tema del padrino por parte de la orquesta ante un visiblemente irritado Coppola. Ali comienza el habitual discurso que Francis no sigue en una ínfula de creatividad, nerviosismo y probablemente drogas. Habla sobre cómo las tecnologías del futuro revolucionarán la forma de hacer cine y del comunicarse, mientras Ali le ve con desesperación. Esto dura un rato hasta que ella le da cortón a su discurso para presentar a los nominados y, en donde Francis anuncia que su paisano ha ganado… de pronto se para un hombre pequeño y desaliñado con la orquesta tocando “Can’t Take My Eyes Of You” como lo han hecho ya 4 veces, es Michael Cimino que se acerca al podio sin mucho entusiasmo y nerviosismo, saluda a su amigo director y recibe un beso de Ali, quien por alguna razón Cimino le aparta porque ella empieza a juguetear con sus labios. Da un discurso pausado y se aleja del lugar.
Lo que sigue, todavía levanta más cejas que esa rareza: John Wayne, la excelencia del héroe norteamericano por default, hace su última aparición pública a los 72 años, a dos meses antes de fallecer por un avanzado cáncer de estómago que padece. John Wayne se ve cansado y jura que estará más tiempo con sus amigos… John Wayne, el hombre que 11 años atrás protagonizaba y dirigía “Los Boinas Verdes” (John Wayne, Ray Kellogg, Mervyn LeRoy, 1968) una película en lo absoluto pro guerra de Vietnam, entregaba el último –y quinto- premio a un asombrado Michael Cimino, quien ahora es
poseedor de la película del año… y también sorprendiendo a todos los asistentes y protestantes, que no pueden dejar de pensar de que la película es una reverenda mierda.
El camino para que “El Francotirador” obtuviese 5 estatuillas es muy conocido. Una producción basada en un guión de EMI de un solo truco –la novedad de la ruleta rusa- que implementaron en la guerra de Vietnam, con un guión incoherente por parte de Michael Cimino y Derek Washburn, que incluía grabar en Tailandia en locaciones reales en vez de grabar en sets. La película de Cimino costó un montón más de lo que esperaban, y encima duraba casi 4 horas, que tuvieron que pasar a ser 3 y con reservas, porque Universal no veía la confianza de que la película tuviese taquilla por eso de la duración.
Lo cual es un gesto que resume la total ignorancia por parte de ellos, ya que Cimino creo una pesadilla en forma de cine.
El Francotirador es de esas películas que se aprovechan totalmente de su larga duración; El postulado que Cimino trata de plantear, es una película estructurada en 3 segmentos. El primero es una introducción a un mundo febril de Clairton, Pennsylvania de manera ficticia –en parte porque grabaron en todas partes, menos en Clairton, Pennsylvania– en donde vemos a un grupo de amigos y su amistad dentro de un paisaje de fábricas metalúrgicas, contaminación eterna y hogares y establecimientos que rodean estas zonas.
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Ahí se nos presenta la dinámica de Nick (Christopher Walken) y Mike (Robert De Niro), dos almas gemelas que viven juntas, y que se preparan para el punto máximo de sus vidas: asistir a la guerra de Vietnam junto a su amigo Steven (John Savage) quien una noche antes, tendrá su esperada boda con Angela (Rutanya Alda), una mujer que busca tener marido para solventar el embarazo del que no le ha dicho (y del que sutilmente descubrimos quién fue el culpable).
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Es una hora de ver los preparativos de los amigos, de ver sus funciones en este pequeño infierno y jamás se siente tedioso. Audiencias modernas podrían reclamar la lentitud del prólogo, pero es la parte que siempre he encontrado más compleja y que se retiene a la idea de avanzar a lo que el público espera. Se nos presenta las dinámicas de machismo entre los amigos, quienes son además adeptos al mundo de la caza, de quien sólo Nick y Mike encuentran con un fervor de respeto hacia los animales, lejos de una competencia de falos a diferencia de los demás miembros de la pandilla, e incluso la relación de estos dos se plantea como cercana en extremo, que podríamos definir como amistad del alma o una situación homo erótica en donde los dos quieren además, compartir a la misma mujer, una Linda (Meryl Streep) que busca cómo salir de su infierno hogareño con un padre abusivo y que ve la oportunidad de hacerlo en los dos amigos.
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No los presenta como héroes, sino como personas con fallas pero latentes de su comunidad. Hombres violentos, envidiosos, amantes de las armas, y fieles dentro de su amistad… americanos en el sentido tradicional de la palabra y no caricaturas trágicas, lo que hace sentir más profundo el daño que procede a partir de los siguientes dos actos.
Es para el segundo en donde vemos la interacción del trío en Vietnam, y si bien se siente un poco retenida –algo que cambiaría Coppola con Apocalipsis Ahora un año después- la intención de Cimino es la de proclamar el truco “innovador” del guión original como el punto de quiebre de los “héroes”. Contrastarlos con un elemento de violencia no gratificante y extremadamente tenso, en donde la pérdida de sus compañeros se revisita como un filme de horror que deja secuelas imposibles de sanar.
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Lo cual dice mucho de la capacidad accidental de maestría de Cimino en crear momentos de absoluto pavor en donde no importa cuántas veces uno haya visto el filme, siempre evade la mirada ante el presionar del gatillo entre la sien.
[/vc_column_text][vc_column_text]Y es el punto. Las audiencias y críticos tachaban de irreal una película que retrataba el uso de la ruleta rusa –aunque en este mundo que conocemos ¿Realmente dudamos de la existencia de este cruel juego?- y la incapacidad de mostrar a los vietnamitas como seres humanos, y sí con la intención de castigadores, pero es una evidencia de la ruptura de sueños e ideales patrióticos que nadie va a entender al regreso del hogar y en donde todos terminan sin poder conciliar la vida normal, con un Mike incapaz de abandonar la carcasa militar, Steve siendo un ser lastimero confinado a un grupo de rehabilitación y Nick encontrando impulso de vida en el juego que de verdad le quitó la vida.
La guerra transforma, la guerra quema el alma, la guerra deforma los cuerpos y es causa de lágrimas sin fin. Mostrarnos los restos del espíritu humano fue algo valiente para una película que particularmente buscaba otros intereses por parte de los productores, quienes querían hombres desnudos dorados, jamás una reflexión cruel y trágica del destrozo de la milicia comprometida en asuntos que no le competen. No, en vez de velar por eso, lo que hicieron fue darle rienda suelta a un hombre caprichudo, que realizó la película más decadente en haber ganado el premio mayor en la ceremonia de egos más grande de Hollywood.
Eso para mí en estos tiempos, se trata de uno de los logros más valientes que alguien haya hecho en la industria.
https://www.youtube.com/watch?v=vw-Tyr6Rb6I
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