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[eltdf_dropcaps type=”normal” color=”” background_color=””]L[/eltdf_dropcaps]a Casa del Mayorazgo de la Canal fue la sede que hospedó la conferencia impartida por la primera actriz Dolores Heredia, quien con gran entusiasmo compartió los pormenores de su carrera así como lo más relevante en su papel como presidenta de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, cargo que ostenta desde octubre de 2015.
Con el director cinematográfico Roberto Fiesco como moderador, el evento comenzó con unas palabras de Sarah Hoch, directora del GIFF, quien habló sobre el papel relevante que la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas cumple en la industria fílmica nacional. Tras ello, invitó al panel a la actriz Diana Bracho y al realizador José Antonio de la Riva, ambos ex presidentes de la AMACC. Con gran elocuencia, Roberto Fiesco dio pauta para que ambas personalidades hablarán sobre la experiencia y las anécdotas que vivieron en sus mandatos, donde coincidieron en lograr una comunidad íntegra en torno al cine, incluyente, sólida, donde la exhibición y la distribución sean el complemento ideal a la ardua labor de los productores y realizadores.
Con la llegada de Dolores Heredia al panel, el discurso cobró fuerza bajo el mismo objetivo de fomentar la partcipación total y reestructurar las reglas con miras al futuro de la producción cinematográfica. Su discurso denotaba una máxima humildad y enfoque, así como un dejo de sorpresa por los objetivos que ha capitalizado como actriz desde muy joven. Posteriormente Diana Bracho y José Antonio de la Riva cedieron la escena a Dolores Heredia para que compartiera sus bellas incidencias bajo la guía de Fiesco.
La labor de Dolores Heredia es resultado puro de optimismo y compromiso, de inclusión y perseverancia. Ella es una actriz disciplinada, en constante entrenamiento, quien gusta de escoger sus personajes en torno al riesgo y el extremo físico de sus expresiones; mismo reflejo hacia el ímpetu que guarda como presidenta de la AMACC, organismo independiente que a 70 años de su formación, mantiene el mismo espíritu centrado en la solidez de la industria cinematográfica nacional y en la defensa por la libertad creativa y laboral de los cineastas mexicanos.
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